-¿Esta bien? –preguntó a lo lejos Sharon corriendo desde el pasillo hasta a mí quien me encontraba afuera de la habitación de Neily- ¿ que es lo que paso realmente? –preguntó una vez que estaba cerca de mí. Ni siquiera pudo fingir que se encontraba bien. Imaginé que había corrido desde la entrada del hospital hasta aquí.
-Todo esta bien –traté de que mi voz fuera calmada- hace una hora que pasó su repentino susto. El doctor dijo que es solo un trauma que ha sufrido. Nada por que preocuparse.
-¿Nada de que preocuparse? –dijo irónica su madre tratando de tomar el aire que le faltaba. Sus ojos permanecían como platos mientras me veía tranquilo- ¿Y como se encuentra en estos momentos?
-Mmm… -lo dudé. Así como estaban Harold y Fanny con sus abundantes preguntas hacia mí, también yo mismo me las hacia constantemente- se encuentra mejor, solamente la han sedado, pero supongo que despertara en poco tiempo.
No estaba seguro de si volver experimentar la misma escena. Entonces no sabría como reaccionar de nuevo ante sus preguntas que a mi también me causaban un gran remordimiento, y no sabia de si estar bien o mal.
Mi inseguridad ya comenzaba a deleitarse ante la situación que la vida me imponía.
-¿Tu también estuviste en la escena? –se volteó histéricamente Sharon hacia Lizzi, quien tuvo la atención de todos los que estábamos ahí.
-No –se estremeció y agachó la mirada avergonzada –llegue poco después de que había ocurrido. Si hubiera estado yo ahí.. –se levantó animada de donde se encontraba sentada pero poco después se esfumó cuando vio la realidad- hubiera hecho tantas cosas.
-No será por mucho tiempo –comenzó Harold a tranquilizar lo que ya comenzaba a parecer incomodo- estará sedada por poco tiempo y podrán estar con ella el tiempo que quieran.
-Tu siempre mencionando frases tan estúpidas –replicó Sharon dirigiéndose a Harold quien se encontraba a sus espaldas- a ti todo se te hace tan sencillo. Como si todo fuera tan fácil “hablemos con Neily después de que despierte”. Como si no te dieras cuenta del trauma que ha sufrido. Yo misma creí que habías cambiado y solo eres el mismo que el de antes.
Me sorprendió un poco la forma de como hablaba Sharon delante de Harold “idéntica a Neily” y podía entender a su hija en perfectas condiciones.
Sharon hizo una mueca a Harold antes de que ella entrara a la habitación de Neily. Seguido la acompañó Fanny quien había permanecido callada y escuchando atentamente la conversación entre ambos –así como todos los demás-.
-Bill –sentí otra punzada al escuchar la voz de mi hermano en el pasillo.
-Tom –dije con la voz tan pagada. Casi cuando tocó mi hombro juré que pudo sentir lo que yo sentía en ese mismo momento- todo fue –no logré decirles las palabras con exactitud lo que sentía. El enorme pecho en mi hoyo seguía creciendo sin forma de detenerse- todo fue tan rápido.
-Vete, yo me las arreglaré –me invitó Tom para salir de aquel lugar y poner en orden todos mis pensamientos y recuerdos. ¿Cómo decirle a Neily que aunque yo no tuviera que contarle a Tom lo que me sucedía, él lo sabría con verme a los ojos? Me creería como un loco- yo cuidare de ella en tu ausencia.
Se lo agradecí en mis pensamientos. Bastó con solo mirarnos a los ojos. “hasta luego” fue lo único que recuerdo haberle dicho después de alejarme de aquel lugar y tomar el carro para dirigirme a mi casa.
Di un suspiró antes de poderme relajar en mi sueño. Quería dormir y dormir con la intención de poder entender a Neily así como ocurría con Tom. Pero era muy distinto, me costaba conciliar el sueño sabiendo que las imágenes me transcurrían en mi cabeza una y otra vez sin parar.
Mi madre no dijo nada cuando me vio entrar por la puerta de la casa. Supuse que por mi rostro que tenía se pudo dar cuenta de cómo en realidad yo me sentía. Suspiré de nuevo en busca del sueño perdido que yacía en mi interior y que no lograba sacarlo con facilidad.
El timbre sonó repetidamente como si se tratara de un niño en busca de diversión al tocar los timbres de las puertas. Pensé que lo más probable es que serian amigas de mi madre y gente que no tiene nada que hacer.
-Bill –gritó mi madre desde abajo- podrías bajar un momento. Parece que alguien te busca.
Bajé con mi rostro molesto al preguntarme ¿Quién seria en estos momentos? Di zancadas hasta bajar por las escaleras. Jure que nadie me quitaría mi actitud y que no hablaría con nadie que no fuera Neily.
¿Mina? –repetí extrañamente inclusive en mi cabeza. Supuse que buscaba a Tom ya que erala mejor amiga de mi hermano ¿Por qué querría hablar conmigo? -¿Qué haces aquí?
-Hola Bill –Saludó como siempre amistosamente. Su cabello rubio caer en arcos sobre su cabeza le hacían resaltar sus pómulos. Ojos de color y una tez tan clara como el agua. Su cuerpo delgado y perfecto la hacían lucir tan bella como siempre- se que no hemos tenido tiempo para charlar, pero me preguntaba ¿donde esta Tom? Mis llamadas no me las contesta y he perdido contacto con él desde hace varios días ¿Sabes donde podría encontrarlo?
-Lo lamentó –me disculpé intentando disimular mi actitud hacia ella- pero él no creo que pueda salir.
Su risa se borró instantáneamente al leer mi rostro. Hizo una mueca de disgusto y luego volvió a reír con cierta alegría.
-Entonces –me propuso dirigiéndome una enorme sonrisa -¿Por qué no vienes tu conmigo?
-¿Yo? –la miré con cara de pocos amigos en busca de que fuera esto un error- no puedo tengo que estar a mas tardar en la noche y yo no …..
-No te preocupes –siguió con su voz animada tomándome de la mano- despejaré tu mente lo prometo.
Dicho esto me guiñó el ojo y avisó a mi madre que llegaríamos un poquito tarde.
Aun con mi actitud negativa hacia las cosas, subí al auto. Un carro del cual no estaba muy común utilizarlo en la cuidad, pues se maravillarían del fabuloso auto que la chica rubia conducía. La piel del asiento relucía de nuevo. Todo estaba en su lugar y estaba mas limpio que los mismos hospitales. Me reí ante la idea.
-¿Estas listo? –me advirtió mirándome enarcando sus cejas rápidamente de arriba hacia abajo como si se tratase de un plan- aunque ustedes son como el agua y el aceite.. –la mire confundido al no entender a que se refería, por lo que lo entendió enseguida- me refiero a que tu y tu hermano son completamente diferentes. Tienen gustos diferentes, son almas diferentes.
-Si si te entiendo –le respondí impaciente al querer saber cual era su punto - ¿A que quieres ir con todo esto?
-Pues de que tratare de seguir tus gustos para que sea una tarde que no olvides.
-Tom se divertiría, no yo –crucé mis brazos y aparte mi mirada de su rostro hacia la ventanilla. Casi parecía que estábamos volando alrededor de la pequeña privacidad en la que pertenecían solo personas como nosotras, mencionando a la mejor amiga de Tom-.
-No te pongas así –me insistió aun sin borrar aquella sonrisa- yo se que la pasaremos genial y pase lo que pase haré olvidar un momento todos los problemas que tienes.
Ahora entendía por que mi hermano siempre se la pasaba con ella todos los fines de semana e inclusive algunos días entre semana ahora que permanecía en Alemania. Olvidarse por lo menos un día todos los problemas de diario.
-Y bien ¿Qué es lo que haremos? –la miré resignándome a lo que ya sentía que vendría. Un lugar al que a ella le guste o mejor traducido como: un lugar con situaciones peligrosas.
-Ya lo veras –siguió con un risa malvada y sin quitar la vista del volante. Casi parecía que en su mente se reflejaba lo que ya me esperaba.
Me vi confuso al ver que se trataba de una especie de balneario. Me preocupé enseguida al no tener a mi guarda espalda para que pudiera cubrirme en caso de una emergencia.
-No te preocupes por las fans –respondió con su cálida sonrisa bajando del carro- he planeado algo por el estilo y sabia que no estaría tu hermano en tu casa- la seguí saliendo del carro hasta la cajuela donde se hallaban tablas de surfear ¿Qué demonios haríamos? ¿Y como es que ella sabia que no estaría mi hermano? – tu hermano me hizo planear una salida contigo y le costara algo de su dinero por tu mala actitud.
-¿Así que mi hermano te ha pedido que hagas esto?
-Así es ¿No te parece divertido?
“Por supuesto que no” dije en mis adentros enfurruñado. No podía hacer más, si elegía la opción de “largarme de aquí” caminaría unos miles de kilómetros por una carretera a la cual no sabría con exactitud donde quedaba ahora que lo pensaba.
-¡Vamos! –me animó sujetándome del brazo y lanzándome una tabla de surf. Pude darme cuenta la textura y el color. Tan blanco con unos dibujos de olas azul fuerte que resaltaban con las flores pequeñas al lado de las olas. Me disgusté al pensar que tal vez seria mi tabla –esa es mi tabla –enarcó las cejas al leer mi rostro.
Entramos juntos aquel lugar enorme con la fachada más grande que mi restaurante favorito. Tenia dos plantas, la primera planta de abajo se podían ver las albercas que hacían enormes olas. El agua era tan clara casi como el lugar donde nos dirigíamos a nuestra playa favorita Tom y yo. La segunda planta estaba separada por habitaciones no muy pequeños o a lo que a mi concierne. Traté de no maravillarme ante aquel lugar, pero me era imposible evitar ver sus alrededores.
Las albercas eran enormes y a sus alrededores había todo tipo de plantas con su pasto verde –que era en lo personal- demasiado cuidado.
-Es nuestro por un rato –soltó con una carcajada al ver mi rostro embobado hacia aquel lugar- pero démonos prisa si queremos alcanzar las olas.
-Yo no se si …. –antes de poder negarme a surfear por la razón de que no sabia. Mina se había marchado dejando una tabla de surf.
A los pocos minutos tratando de encontrarla, volvió aparecer en mis ojos aquella chica rubia con cuerpo delgado con su traje de baño puesto, dejando entre ver con más detalle su delineada figura. Me sonrojé.“Vamos, vamos” brincaba de alegría mientras tomaba su tabla.
-Perdona –me sonrojé de nuevo encogiéndome de hombros- pero yo no se surfear.
-No necesitas saber, puedes aprender en este mismo momento. El problema es si te decides subir o no a tu propia tabla.
Me señaló el dedo justo a –la que se suponía ser- mi tabla. Cuando quise volver a mirarla a ella se hallaba en la orilla de la playa puesta en posición para entrar a la primera ola.
-Por cierto, tu short te lo he dejado en los baños por si decides entrar.
“maldito hijo de mierda, eres un tonto Tom” “esto es realmente estúpido” “necesito un cigarrillo” Comencé a maldecir cuando sabia que esto no estaba bien, pero tenia que hacerlo ahora que mi hermano mayor tenia malas intenciones “esta me las pagaras” volví a decir en mis adentros.
Me apresuré para llegar con Mina a la orilla de la playa justo después de haberme colocado mi short y así recibir mis primeras lecciones de surf. Respiré hondo al sentir como mis pies eran arrastrados por el agua clara cerrando mis ojos antes de adentrarme a lo que me esperaba. Decidí dejarme llevar por unos instantes al sonido de las olas chocar contra las aguas y la suave espuma acariciando mis pies desnudos. “apresúrate miedoso” me gritó a lo lejos Mina sin borrar esa sonrisa que ya se me estaba grabando en mi cabeza.
(Esta Cancion me ayudó a concentrarme a esta parte de la historia, no es necesario que le pongas play)
Las clases no eran tan malas cuando las veía del modo sencillo. Además no tenía por que ser un surfista profesional como Mina decía “solo necesitas lo más básico” y en eso fue en lo único que me basé.
Perdí la cuenta de las veces que me había caído y golpeado contra los choques de las olas. Pero era agradable poder despejar mi mente. Pocas veces pensaba en Neily cuando se trataba de esperar una ola.
“La mejor amiga de Tom” ya la había mencionado y la había conocido desde hace algunos meses atrás. Desconocía su encuentro entre ellos. Pero entendía ahora por que eran tan amigos.
Pocas veces podías encontrarte con chicas como ellas, con su actitud tan “positiva”
“Ahí viene una” Mina gritó señalando la ola “te ganare” gritó de nuevo con una fuerte carcajada poniéndose de pie en su tabla de surf.
Me quede demasiado boca abierto por la forma en la que se deslizó de aquella ola. Sus movimientos con los pies en la tabla parecían estar conectados y su sonrisa era imborrable “Mira esto” dijo después de haberse dado cuenta que la miraba. Dicho esto se lanzó dando vueltas de su tabla, por lo que la tabla y ella se perdieron cuando la ola choco contra el agua.
Me espanté por una fracción de segundos. No duró dentro del agua. Lo primero que hizo fue reírse a carcajadas por la estupidez que acaba de hacer. “maldito Tom” había logrado su objetivo. Olvidarme de todo aquello que me perturbaba.
-¡Vamos Bill! –me animó una vez que reconsideré estar en vuelta en una profunda ola –no seas gallina –se carcajeó después de leer mi rostro- es solo una pequeña ola. No puedes ahogarte aquí. Inténtalo.
Le hice una señal sin darle mucha importancia a las olas que se acercaban. Mis piernas se pegaron a la tabla tanto como pudieron y comencé a nadar hacia una de ellas.
Cerré mis ojos en busca de la concentración de la que solía llamar Mina “concentración” después de eso ya nada importaba. Buena estrategia para distraerme de todo. “ahí” la escuche decir cuando la ola ya estaba a unos pocos centímetros de mí.
Con las fuerzas que tuve, di media vuelta dándole la espalda a la ola. Intenté pararme cuando sentí como me elevaba por las aguas que parecían apunto de estallar “hazlo” la voz de mina no me ayudaba en la absoluto a concentrarme pero tuvieron alguna señal para levantarme.
Me paré.
Yo mismo estaba sorprendido por lo que estaba haciendo. Las piernas no duraron mucho por lo que comenzaron a temblarme y fue cuando todo pasó demasiado rápido. Segundos más tardes me encontraba en busca del aire a causa del golpe fuerte al chocar mi abdomen al agua.
Mina no tardó mucho en encontrarme y tomarme en brazos. Aun con al corriente fuerte golpeando y chocando una y otra vez mi cuerpo. Las manos de mina se deslizaron con suavidad a mis brazos, tomándome con fuerza y sacándome del agua.
-¿Estas bien? –mencionó riéndose a carcajadas. Mientras intentaba de respirar aun agitado por el ajetreo de las aguas, pude mirar de reojo como ella intentaba disimular que aun reía- procura no caerte de nuevo.
-Como si yo controlara eso –dije sarcásticamente- si por mí fuera las olas pagarían un precio muy alto por como me trataron.
-no seas tan pesimista –respondió en un tono burlón soltando una risita- solo tienes que intentarlo de nuevo. Como dicen por ahí “de los errores se aprende” –me aconsejó alzando el dedo índice con su rostro fingiendo sabiduría.
Me reí cuando recordé mi caída al agua e intente echarle agua a mina quien seguía riendo sin poder parar. Ahora podía desfigurar en mí una total tranquilidad que ahora albergaba a toda tranquilidad en mi cuerpo. Todo estaba en paz.
Para mi sorpresa, había desaparecido el nudo en la garganta y ya no me costaba tanto respirar como antes que lo hacia entrecortadamente. “Sígueme en esta ola” me invitó dirigiéndose rápidamente hacia las olas que irrevocablemente aun las miraba aterradoras pero desafiantes. “solo una prueba mas” dije para mi mismo.
No encontraba las palabras precisas para describir el maravilloso día. Intenté no pensar en el precio que me costaría a mí y a Tom por rentar aquel lugar tan lujoso. Hice una mueca al no contenerme al imaginarme el precio.
Aproveché solo unos momentos para poner en orden todos mis pensamientos. Ahora que regresaba a la realidad me daba cuenta que no tenia mas tiempo que perder y que aun con mis excusas o mentiras por no regresar al hospital, no podía huir, por que de algún modo la amaba.
¿Estaría bien amarla, sabiendo que ella no era feliz? Estaba completamente seguro de una cosa. Estaría dispuesto a cambiar mi felicidad por la de ella.
Miraba por la ventanilla a Mina despidiéndose de los dueños del lugar como si estuviese aclarando las próximas cuentas que se integrarían a una deuda nueva mía y de Tom. Por lo menos habían valido la pena.
-De vuelta a casa –dijo arrancando el carro sin borrar su sonrisa angelical ¿me pregunté como le hacia?- podrás ir de nuevo a donde te pertenece –de pronto su gesto se había convertido en tristeza- lamento lo de tu novia, se que es muy difícil para ti. Hice lo posible por despejar un poco tu mente y no supe si lo hice muy bien. Solamente quiero que sepas que cuentas conmigo en donde quiera que este. Solo..Llámame.
-Lo haré –le prometí con una sonrisa de la cual yo mismo me había sorprendido por la sinceridad con la que se lo decía.
Fueron mis últimas palabras en el largo tramo del camino. Solo hubo unas cuantas palabras que cruzamos, pero nada que hubiera hecho pensar de más.
Ahora temía por algo mas fuerte, algo que mis pensamientos no eran capaces de controlar, algo que mi mente me hacia evadir con precisión y mi cuerpo se debilitaba al pensar en ello y eso era la única que mas amaba y que me repetía con fuerza “soy un egoísta” era Neily. Aquella persona cuyo me interesó desde que la vi por primera vez.
Me estremecí al recordarla la primera vez. Tuve muchas dudas en mi cabeza como ¿el por que nos trataba de esa manera? De alguna forma, todo el mundo –y me refería al mundo de las fans- sabían lo que mas me disgustaba, y eso era la forma en que trataba a mi hermano gemelo.
Eso era indiscutible y no lo pasaba por alto de ninguna manera. Neily había roto eso desde la primera vez que lo hizo. Nos rechazó a todos que yo mismo quise tener una excusa para odiarla y no sentir amor por ella. Quería odiarla e intentaba pelearme a penas duras con ella para que desapareciera de mi mente y de mis más grandes sueños de locuras.
Una tarde David me prometió que estaría dispuesto a hacerla desaparecer con la única condición de que la tratara mejor. Fue la condición más horrible en mi vida, una decisión en la cual no me he era muy difícil y para mi error, me enamoré más de ella.
Me aproveché sabiendo a regañadientes que yo era la persona a quien más queria. A veces la duda albergaba en mi mente cuando pensaba ¿Qué sentía por mi hermano Tom? Seria él el indicado merecedor de ella. Pero poco después ella me mostró el camino más fácil para llegar hacia ella. “también me queria”
“egoísta” interrumpió todos mis recuerdos y pensamientos.
-Se que ella se mejorará –me animó justo cuando vio en mi mirada al bajar de su automóvil. Que, automáticamente intenté hacer un gesto de felicidad a la cual había fallado- tu solo…no te preocupes demasiado.
Me bajé sin decir nada más y seguí con mi cautelosa caminata hacia la habitación de Neily. Que mas deseaba que algo me entretuviera para no tener que recordar la ultima escena. Supongo que eso era lo que mas me asustaba “vivir la misma escena”. Suspiré cuando ahora me encontraba a un solo paso para entrar a su habitación.
A penas duras me limité a tocar. Antes de mover la perilla hacia el lado contrario de este, escuché algunas risillas y platicas como si todo fuese normal. Debo admitir que eso me tranquilizó solo un poco.
Mis nervios ahora los sentía de puntas casi parecido como cuando me presentaba a un concierto. Cerré mis ojos con fuerza y respirando hondo, giré la perilla cuidadosamente.
Abrí la puerta.
Estaban cada uno de los conocidos de Neily. Entre ellos sus padres, Sharon y Harold quien se mantenía una cierta distancia pero al mismo tiempo fingían estar cómodamente. Lizzi quien se encontraba sentada cerca de la cama y no paraba de reír. Aliz y Fanny no dejaban mucho que desear, pues ambas estaban paradas sin decir nada. Georg quien permanecía atento a las palabras de Gustav, no parecían estar muy contentos por la forma en que Tom los mantenía peleando –como si estuviese jugando niños de diez años- pero aun así intentaban mantenerse al margen de lo que ocurriera.
No bastaron los segundos para sentir las miradas de aquellas personas y que ahora el silencio ya abundaba en toda la habitación.
Me sentí incomodo un par de segundos. Pero luego todo giró rápidamente cuando mis ojos se enfocaron en la persona que mas amaba “Neily” quien se encontraba en esa pequeña cama sentada con los ojos brillando de felicidad.
Pensé que había quedado muda al no poder articular ninguna palabra, pero me di cuenta que estaba llena de emoción al verme.
Su rostro –a pesar de los golpes y su mirada cansada- me parecía más que perfecto y bello. Ahora lo único que quedaba era ….esperar.