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viernes, 14 de mayo de 2010

Cap 36 (Inicio-Bill Kaulitz)

No sabia como empezar la carta hacia Neily “mi pequeña niña” pensé inmediatamente al recordar su hermoso rostro.

Querida Neily, no encuentro las palabras adecuadas para decirte lo mucho que…..”

Inclusive las primeras líneas que había escrito en la carta las sentía más difíciles que nunca. El nudo en la garganta que cargaba día con día no me dejaban tranquilo ni una sola vez.

-¿Estas seguro de lo que haces? –preguntó mi hermano sorprendido por lo que estaba a punto de hacer.

-Es lo mejor –le respondí inmediatamente. Quería darle a entender de mi seguridad acerca de mi decisión.
Tranquilamente, intenté pensar en los últimos días que me habían ocurrido con Neily.


“Hace algunos días Atrás”

-Bill –gritó mi hermano detrás de la puerta de mi habitación. Revisé la hora y eran las 6:15 de la mañana. Por lo que eso me hizo enfurecer, abriendo la puerta gritándole perturbado.

-¿Qué es lo que te pasa? –le dije tallándome los ojos quien aun los tenia medio cerrados. Al ver su rostro pude darme cuenta de que algo malo había sucedido -¿paso algo?

No pudo responder a mis dos preguntas. Por lo que le di tiempo para que pudiera decírmelo. La primera cosa que se me vino a la mente, es que probablemente alguien de las “amigas” de Tom o él mismo se encontrara en problemas.

-Es Neily –dijo entrecortado. No me asusté, pues había creído que eran otro de sus grandes ataques al no cuidarse en lo absoluto. Quise mostrarme ante él tranquilo para que no se preocupara. Pero este no dejaba de dar respiraciones rápidas.

-Otro de sus ataques, de seguro –intenté sonar lógico a sus preocupaciones. En mi mente deseaba que respondiera “Así es” pero no paso nada de eso. Este seguía callado con los ojos como platos, por lo que esta vez si me preocupó un poco.

-Dilo –le exigí sorprendido por mi rápida desesperación. No podía mentir que me enojaba cada vez que no se cuidaba y mi orgullo me hacia no hablarle hasta que se me pasara mi coraje, como el día de ayer en la noche en que la recogí de su trabajo.
-Neily –intentó decirme mi hermano. Pero me impresionaba que este siguiera vacilando. Esto ya comenzaba a molestarme. –Neily sufrió un accidente hace algunas horas.

Estaba en shock que no supe como reaccionar. Sin darme cuenta, mecánicamente había retrocedido algunos pasos atrás y a negar con mi cabeza.

-¿Qué, Como, Cuando, Por que? –Pregunté aun en shock- ¿Cómo esta? –exigí saber dando un golpe en la pared queriendo o deseando desaparecer todo ese coraje que ya había crecido.

Tom seguía estando mudo, lo cual me hizo enfadar llegando a la locura. Lo tome de su ropa aferrándome a ellas gritándole “que le sucedió”.

-Tenemos que irnos –fue lo único que me dijo al no saber que responderme. Supe enseguida que se trataba de algo grave como para que mi propio hermano no me lo contara –pero antes debemos hablar con David.

¿Para que quería hablar con él en una situación como esta? Quería lanzarme hacia el carro para llegar a un hospital, en el que ella estuviera.

-David –dijo con un nudo en la garganta. Admito que me dio miedo cuando mi hermano le dolió por el solo hecho de que Neily estuviera grave “y si se murió” pensé enseguida al ver el rostro de Tom. Un miedo irreversible me invadió todo mi cuerpo. ¿Qué se suponía que tenia que hacer? Me quejé en mis adentros deseando que eso no sucediera. “ella estará bien” me animé siguiendo dentro de mis pensamientos

-Disculpa que te levanté pero veras, Neily ha sufrido un accidente y necesitamos respaldo para los medios de comunicación…. Se que es mucho pedir pero es realmente necesario….en realidad no sabemos que tan grave este la situación pero necesitamos a los guaridas lo mas antes posible….gracias…

Ambos bajamos hasta la sala cuando Tom se disponía a hablar con David, algo que en lo personal nada me llamaba la atención.

Me senté en el sillón mas cercano quedando pálido ante la idea de que ella estuviera ….. Ni la palabra podía decir, me causaba un dolor tan grande el que no estuviera mas a mi lado.

Quería gritar y mi corazón estaba latiendo rápidamente, ansiaba saber que había sucedido con ella, por lo que automáticamente saqué mi celular y le marqué “por el momento no puedo contestar ahora, pero deja tu mensaje después del tono” me había mandado a buzón, pero el recordar su dulce voz fue como sentir su presencia cerca de mí.

Los minutos pasaban lentos y mi desesperación cada vez incrementaba. “No puedo con esto” me repetía una y otra vez “detén este dolor que siento” gritaba en mis adentros. A mi propio hermano le angustiaba mas el como reaccionaba ante la situación pero no podía evitarlo, era algo que me dolía hasta lo mas profundo de mi corazón.

-Puedes llorar si quieres –me propuso Tom sentándose a un lado de mí. Fue tímido cuando me lo dijo, pero traté de ignorarlo. ¿De que servía llorar sabiendo que no sabia lo que sucedía?
Fue entonces cuando se me vino una brillante idea en lo que esperábamos a David y los guaruras. Tenia la curiosidad de saber quien había sido el que le había avisado a Tom.

-¿Quien te aviso? –intenté sonar menos desesperados, pero mis nervios me habían traicionado.

-Fanny –respondió sin titubeos. Lo cual supe enseguida que era verdad.

-¿y por que no la llamas para ver como esta Neily?

-Por qué no contesta mis llamadas, le he hecho bastantes y no me responde ninguna, pero –se detuvo un momento a pensar que en realidad parecía estar luchando con el nudo en la garganta- creo que esta bien.

-Dime que es lo que te dijo exactamente –volví a exigirle dando un fuerte grito haciendo eco dentro de la sala. Algo en lo que me sentí culpable por haber despertado a mi mama, quien bajaba en bata por las escaleras.

Nuestras miradas se cruzaron de inmediato en cuanto nuestra madre estaba cerca de nosotros.

-¿Que es lo que pasa? –Preguntó tranquila con aquella voz apaciguada- recuerden que les he dicho que cuando es madrugada, si van a pelear vayan afuera y discutan todo lo que quieran.

-No es eso mah –intentó tranquilizar Tom a mi madre levantándose del sillón, por lo que hice lo mismo- Neily tuvo un accidente automovilístico.

-Oh Dios mío –grito inesperadamente mi madre tratando de ocultar disimuladamente con su mano sobre su boca- ¿pero, a estas horas? ¿Quién conduciría estas horas?

La última pregunta de mi madre me hizo sacar algunas dudas más, por lo que esto no me ayudaba en lo absoluto. Me dirigí de nuevo al sillón frotándome la frente intentando aceptar la situación en la que me encontraba.

-¡Llegaron! –brincó Tom del sillón. Fue lo único que me gradó escuchar de él de esta larga noche.

Ambos corrimos hacia la puerta para dirigirnos en la camioneta negra que nos esperaba. David nos confirmó que exactamente como Tom deducía, habría mucha prensa. Por alguna extraña razón, Neily y yo habíamos llamado tanto la atención de tantos medios de comunicación y sobre todo, de alguna prensa de Estados Unidos.

-Estén preparados –avisó David desde el copiloto del automóvil- eviten cualquier tipo de preguntas y no respondan a ninguna de ellas, por que eso provocara muchos problemas.

Mi pie estaba inmóvil y casi estaba ignorando a David. Me daba mas desesperación sabiendo que estábamos a unos pocos metros del lugar.
Era inevitable no poder controlar toda mi desesperación. Mis manos ya estaban inquietas alrededor de toda mi frente.

Podían sentir miradas a mi alrededor pero trataba de ignorar todo aquello que me provocara enojarme “Mierda” grité en mis adentros “Cuando llegaremos” me volví a quejar en mis adentros.

De pronto recordé mi último momento con ella.

Bill –susurró tan bajo antes de que saliera completamente del coche que apenas pude escucharla- quiero que sepas, que si hice algo en lo que no estuviste de acuerdo o si te hice sentir mal en alguna ocasión, quiero que me perdones, y que jamás te dejaré por que te amo.


“Yo también” quise responderle, pero no podía. Estaba enojado, sentido y tristemente infeliz. ¿Por qué ella no podía entender lo que sufría al verla con tantos problemas? ¿Por qué jamás me toma en cuenta en nada? ¿Por qué me ama?


Estaba furioso conmigo mismo el no decirle nada. El mantenerme completamente callado no fue tan difícil cuando uno esta enojado. Por que el orgullo es más grande que todo aquello.


Pero ella parecía insistirme con ese tierno rostro ¿Cómo le hacia? Cada vez que ella ponía su rostro indefenso, yo, lamentablemente seguía tras de ella. “Que descanses” se despidió de mi una vez mas.


No le respondí. Me sentía acabado al verla tristemente salir del coche. Me había decepcionado de mi mismo por hacerla creer que hablaríamos ya que esta mañana estaba decidido hablar con ella y decirle en claro lo que quería de ella. Pero entonces vino lo negativo “ella no cambiara”.


Pero pude hacerlo, logré llegar a mi objetivo de que entendiera que yo tengo sentimientos.
En cuanto vi que salió del coche, arranqué para no volver con ella, pues sabia que tarde o temprano llegaría de nuevo hasta mis brazos, por no tener tanta fuerza de voluntad

“Ya estarás contento” me decía mi conciencia por no haberle dicho todas las cosas que sentía realmente hacia ella. “Así no se tratan las cosas” me volvió a rectificar mi conciencia. Quería decirle que se largara y que se alejara fuera de mis pensamientos para tener que huir de la única verdad.

Un flash directo a mi rostro me hizo entrar de nuevo a la cruda realidad. Quise apresurarles gritándoles fuertemente pero me detuve.
David fue el primero en bajar seguido de nuestras guaruras. Quien ambos se encontraban pegados a nosotros al momento de salir.

El trágico accidente de Neily hizo bloquear por completo todo tipo de preguntas y flashes. El pensar como se encontrara ella me hizo llegar más rápido hacia la entrada que es donde los medios de comunicación ya no pudieron entrar.

Llegué corriendo hacia la recepción del lugar gritando su nombre muchas veces.

-Necesito saber el cuarto de la paciente con el nombre Neily –grité desesperadamente justo después de que el nudo en la garganta comenzaba a formarse.

-cuarto 087 cerca de la sala de urgencia –respondió tranquilamente la enfermera que estaba sentada.

En cuanto supe, me dirigí corriendo hacia la habitación ignorando a la misma enfermera que me dio el número de la habitación, pues parecía gritarme que solo admitían a familiares.

Desde atrás gritaba mi hermano quien se escuchaba algo preocupado. No me importaba nada mas que ver su simple rostro sano y salvo.
Los pasillos se me hicieron eternos y los números lentos.

Mis ojos quedaron como platos y mi corazón se detuvo cuando vi a Lizzi sentada fuera de una puerta. Estaba en una banca como si estuviese esperando algo. No pude ver su rostro, tenia la mirada abajo con las manos puestas al rostro.

-Lizzi –exclamé poco después de que tomaba aire para recuperar el aliento- ¿Donde esta Neily? –vaya, cuando realmente quería disimular mi voz tan tranquila no lo lograba.

Ella elevó su rostro poco a poco hacia el mío. Pude darme cuenta que estaba llorando y sus ojos estaban de un color rojizo. ¿Acaso Neily estaría….? Me recliné ante a esa estúpida pregunta.

Justo cuando iba a preguntarle donde estaba, vi salir de la habitación que estaba detrás de mí a tres metros de distancia al padre acompañado de una mujer grande que esta, lloraba a su lado. Me pareció increíble que se pareciera tanto a Neily. Su rostro, sus cabellos, sus ojos y lamentablemente el mismo llanto.

Después pensé enseguida que Neily probablemente estuviera en esa habitación. Llegué corriendo atravesando a la pareja que venia a mí. Entre Tom y Harold intentaban detenerme. No supe como pero, una fuerza en mi interior me hizo esquivarlos con facilidad.

Abrí la puerta con la palpitación acelerada y me quede en shock al verla en esa cama recostada con algunas partes de su cuerpo enyesadas. Golpes y moretes en su rostro y parte del cuerpo.

Estaba llena de tubos alrededor de ella. Un tubo le daba el oxigeno mientras que una manguerita delgada le introducía sangre.

“Neily” dije en mis pensamientos “¿Que es lo que te sucedió? Lo dije casi sufriendo y soltando una pequeña lágrima.