-¿Alguien mas lo sabe? –Preguntó Bill sin quitarle la mirada al mensaje que había mandado Mike.
-No –negué con la cabeza.
Estar sentada mostrando un poco mi entrepierna era muy incomodo. Me encontraba en un hospital privado para que pudiera checarme mejor sobre mi embarazo. Tuvimos que entrar por la puerta trasera para no ser vistos por ningún medio de comunicación.
Al parecer, por alguna extraña razón, el rumor sobre mi embarazo fue lo que mas atrajo los medios de comunicación hacia nosotros.
Era un dilema demasiado grande para mí cuando se trataba de ese tema tan delicado. “medios de comunicación” aquellas no parecían ser personas, si no maquinas sin sentimientos que automáticamente se dirigen a ti como si fueses un objeto invaluable para poder preguntarnos lo que se les antoje.
Estaba cansándome de estar media hora acostada con mis piernas bien abiertas. Solamente tenía una bata encima y el clima no me estaba ayudando mucho.
-¿Cómo a que horas les gustaría llegar a atenderme? –me queje cruzándome de brazos. Me era increíble saber que a mi lado, aun seguía Bill con el maldito celular.
-No tardaran –respondió mecánicamente sin quitarle la vista al celular.
Suspiré algo molesta. El no tener su atención en estos momentos me hacían perder toda mi paciencia. “Ahí esta” grité aliviada cuando vi a mi doctora entrar por la puerta.
No quise mirar cuando sus dedos estaban dentro de mi entrepierna. Miraba al techo tratando de pensar en cosas demasiado bonitas.
-Todo parece estar a la perfección-respondió después de eternos minutos- Ahora necesito que pases a la habitación 391 para que chequen la formación del bebe. Por el momento no padeces de ninguna enfermedad vaginal pero aun así necesito que para dentro de 3 meses te dirijas de nuevo aquí.
Le agradecí a la doctora, mientras que no podía opinar lo mismo hacia Bill. Deseé no haberle dicho nada acerca de ese mensaje. Pero su pregunta inteligente fue lo que no me hizo mentirle “Dime la verdad, ¿Qué te pasa?” ¿Como esa pequeña pregunta había hecho todo para sacarle mis penas a Bill?
-¿Tus amigas lo saben? –volvió a preguntar Bill pero esta vez pudo mirarme a los ojos.
-Si, les avisé que teníamos el trabajo pero, no que Mike quiere perseguirme.
-No te perseguirá –dijo molesto entre dientes- prometí que no tocara ni un solo cabello de ti.
Puse los ojos en blanco cuando escuché decir eso a Bill. No podía dejar el pasado atrás. Una parte de Mike me indicaba que él no era capas de ciertas cosas. Estaba enojada y eso lo aceptaba pero tampoco podía llegar para tanto. “ Dentro de poco se le pasará el dolor, ya lo veras” ahora había sido Bill quien había puesto los ojos en blanco.
La doctora ya nos esperaba en la silla para poder ver a nuestro pequeño embrión. Estaba emocionada por ver las primeras fotos de nuestro pequeño bebe. ¿Cómo seria? ¿Qué será un niño o una niña? ¿de que tamaño estará?
-Por favor recuéstese –me pidió la doctora para poder continuar con nuestro esperado momento- el gel estará un poco frio –me advirtió, lo cual tenia toda la razón. Soltando por accidente un pequeño gemido.
-¿Se puede saber el sexo del bebe? –preguntó Bill. Me llene de alegría al verlo
Su rostro hacia mí. El celular ya lo había guardado en su bolsillo.
La doctora comenzó hacer los análisis para saber las semanas exactas y así poder determinar el sexo del bebe.
-Lleva 9 semanas de embarazo –dijo la doctora después de ver por la pantalla mi pequeño bebe. Aun estaba pequeño pero me parecía tan hermoso que no quería dejar de verlo- pero no puedo decirle exactamente el sexo de Bill aun.
Aunque 9 semanas me parecieron muchísimo días decidí que lo mejor era esperar hasta saber exactamente bien el sexo de mi pequeño bebe. Ahora se me vinieron miles de preguntas en mi mente. ¿Cómo le pondremos? ¿Qué, si es niña? ¿Qué, si es varón? ¿Lo querré lo suficiente? ¿Seré una buena madre?
-¡Listo! –Exclamó la doctora tapando mi abdomen con cuidado- su próxima cita se la daré hasta dentro de dos meses.
Ambos nos dirigimos a la recepción para que nos pudieran dar nuestras primeras fotografías de nuestro futuro hijo. Era realmente emocionante poder pensar que dentro de poco seriamos padres.
Salimos por la parte trasera del lugar con bastante agilidad para que ninguno de los medios tuviera ninguna pista sobre mi verdadero embarazo. Solamente había rumores pero no había pruebas y solamente hasta que yo me sintiera cómoda, podía opinar el respecto.
-Comienza de nuevo por favor –me suplicó Fanny tomándome fuertemente de mis manos. Estábamos sentadas en la mesa de la cocina de mi casa y ya era de noche- ¿dices que sufres de ataques y que Bill te embarazó? –repitió lo ultimo dicho con mucho esfuerzo. Le costaba trabajo creer que yo estaba esperando un hijo.
Pude ver su rostro al estremecerse, pero solo un poco. A los pocos minutos Fanny daba una actitud dura y grosera. No le gustaba mostrar sus verdaderos sentimientos por que le avergonzaba.
-Maldita sea contigo- se quejó y luego rio a carcajadas. Algo en lo que pudo esconder su tristeza- realmente has desperdiciado tu maldita vida. Que será de tu vida teniendo un hijo de un famoso que parece ser gay.
La palabra “gay” me ofendió rápidamente. Me crucé de brazos esperando alguna disculpa por su inaceptable vocabulario hacia mí.
-¡Fanny! –exclamó mi madre admirada por la inesperada visita de mi prima. Mi madre llevaba cargando bolsas que parecían ser del supermercado- cuanto tiempo sin verte.
-Lo se tía, hace poco que nos enteramos de su regreso a la ciudad y mi mamá july le manda saludos.
-Gracias –respondió a penas duras al recordar a la tía july. Al menos mi madre y yo teníamos en común el gusto sobre las personas y una de ellas estaba la tía july. De alguna forma jamás nos calló tan bien- dile que yo también.
-Y aprovechando que se encuentra aquí –disuadió Fanny a mi mamá con una de sus caras mas mentirosas que había visto en toda mi vida- ¿Podría dejar una noche a dormir a su hija? Solo será un día y yo cuidare de ella.
Mi mamá volteó a mí al mismo tiempo que sacaba los productos de las bolsas del súper mercado. Ella esperaba alguna reacción de negación, pero no lo había encontrado. Por lo regular cuando no me gustaba ir a la casa de alguna amiga, le hacia un gesto a mi mamá para que no me diera el permiso. Pero hacia años atrás de esa técnica, aunque mi madre no parecía olvidar esta maravillosa técnica.
Lamentablemente esa técnica ya no era la misma, pues ahora ansiaba estar con Fanny por que sabia a donde iríamos. Las fiestas de algún modo llamaban toda mi atención.
-De acuerdo –contestó mi madre no muy convencida. Nos frunció los ojos a ambas pero no dijo más. Por lo que tomé algunas cosas de mi habitación y nos dirigimos hacia la casa de Fanny.
-¡Vamos perra! –insinuó Fanny al entrar al club de todas las noches. Al mismo con el que me acosté con Tom “Recuerdos imborrables”- ahí esta Tom –gritó emocionada.
-¿Tom? –pregunté confusa. ¿Qué demonios hacia él aquí? Tiempo atrás le había pedido a Fanny que lo dejara en paz por mi amiga Lizzi- me vas a dejar sola en este lugar. Te iras con Tom y yo con quien estaré.
-No soy tan estúpida –se rió y luego continuó hacia la dirección en la que se encontraba Tom.
Tuvimos que hablar con uno de los guardias para que nos dejaran pasar a la sala VIP. No me sorprendió que a Fanny ya la reconocieran tan fácilmente.
De pronto me cohibí ante tanta gente que me rodeaba. Me llegué a sentir incomoda por la forma en que mi mente invadió todo mi ser “soy una chica embarazada”
-Hola Tom –saludó Fanny a Tom sentándose en sus piernas acompañado de un largo beso apasionado- espero que no te moleste que haya traído a Neily.
Tom me miró confundido y sorprendido a la vez. Al parecer él tampoco esperaba verme.
-Te presento a Joshua- continuo Fanny con una sonrisita. El chico estaba sentado en una esquina pero parecía ser lindo- Joshua, ella es la chica de la que te hablé.
Aquel chico lucia un cabello corto de un color oscuro. Era alto con la cara afilada y tenia un cuerpo demasiado perfecto.
Joshua se levantó inmediatamente de su asiento y me invitó una bebida. Ambos nos dirigimos hacia la barra mientras que Joshua me platicaba sobre él.
No podía evitar ver de reojo como Tom y Fanny platicaban sin dejar de besarse.
-Y ¿Por qué no mejor me cuentas de ti? –de algún modo, Joshua había notado mi desinterés acerca de él. Por lo que opté por sacarlo a bailar con él en medio de la pista. Lo jalé y bailamos al son de la música electrónica.
“Que extraño” se repetía en mi mente una y otra vez. “¿Esto me excitaba?”
Llegué a bailar un poco mas juntó a él. Mis movimientos eran repetidos pero eran tan seductores que Joshua comenzó a tocarme lentamente mi torso hasta llegar a mis pompas.
Me abrazó aferrándose a mi cuerpo hasta llegar justo cerca de mi rostro. Sus ojos eran maravillosos haciéndome olvidar de todo. “¿Qué es esto?” me pregunté a mi misma. Esto me provocaba algo de placer…. el baile.
Un brazo interrumpió nuestros obscenos movimientos en medio de la pista. Era Tom quien por la forma en la que me sacó de la pista pensé que estaría molesto.
El brazo comenzaba a dolerme por la gran fuerza en la que presionaba para sacarme del lugar.
-Tom –le grité aferrándome al dolor que sentía en mi brazo. Pero no podía escuchar por el volumen tan fuerte dentro del lugar- Tom –volví a gritar desesperadamente al dolor que ya comenzaba a molestarme. Pudo voltear hacia a mí después de golpearlo con mi otro brazo para que me soltara.
-¿Me puedes explicar que demonios te pasa? –le pregunté enojada por la decepción de que el dolor no había desaparecido.
-¿A que viniste aquí? –en verdad que estaba molesto. Pero no entendía sus razones, solo venia a divertirme.
-Vine a divertirme así como tu lo estas haciendo –me defendí- además este no es motivo para que me sacaras de esa forma.
-Estas esperando y estas enferma. Tienes un novio que siempre esta preocupado por ti y ¿Tu lo que haces es divertirte?
-¿Y solo por eso, ya no podre divertirme? No estoy cansada, no tengo otros compromisos, por lo que estoy en mi derecho de hacer lo que yo quiera –me quejé. Después de una pausa me hizo recordar por que estaba enfadada con Tom- además no creas que se me ha olvidado lo que le dijiste a Bill. Se suponía que era yo quien le diera la noticia sobre mi embarazo
-No vas a lograr evadirme –objetó Tom- y yo no fui quien se lo dijo, al parecer él ya lo sabia por lo que yo fui quien le completó la información.
-Te lo agradezco –dije molesta dando media vuelta para volver a dirigirme a la pista.
-Aun no he terminado –reclamó Tom tomando de nuevo en el mismo brazo con la misma fuerza impresionante.
-Por dios –me quejé con un fuerte gemido- quieres parar de hacer eso. Me duele, mejor idéate otra técnica para tratar de detener a la gente.
-Solo así puede entender gente testaruda –se burló.
-No eres mi padre
-Gracias a Dios –esta vez rió hasta lo más fuerte. Luego de otra pausa al ver mi rostro molesta se dirigió a mi con mucho delicadeza- no soy tu padre pero sabes que te quiero como mi pequeña hermana y me preocupas.
Tom se me fue acercándose a mí lentamente hasta tenerme bajo sus brazos. Aquello me hizo sentir una paz y tranquilidad. “sabes que te quiero” me susurró al oído causándome un fuerte escalofrió. ¿Cómo le hacia para que Bill y Tom me hicieran sentir tan bien?
-No te olvides que también es mío –replicó Fanny a mi espalda y nos separó de inmediato robándole un fuerte beso a Tom.
Sin alejarme de ellos, y con la decepción de no tener a Tom a mi lado, intenté buscar con la mirada a Joshua, pues se había quedado en medio de la pista solo, y lo mas lógico seria que estuviera en la barra. Pero no lo hallé lo cual fue muy extraño.
Mi mirada lo siguió buscando hasta que lo vi con otra chica besándose. “Que lastima” me dije. Mi mirada siguió vagando por aquel lugar tan enorme tratando de encontrar en algo entretenido o la mesa en la que antes estaban sentados Tom y Fanny. Pero entonces hubo algo que mas me llamó la atención.
Lizzi estaba parada en medio de la pista ¿Cómo no pude verla? Me repetía riéndome. Estaría más cómoda en este lugar.
Grité su nombre abrazándola fuertemente.
El rostro de Lizzi fue muy extraño y confuso para mí. Debo admitir que aunque tampoco esperaba su visita y por supuesto la de Gustav, seguí con mis ánimos de pasarla junto a ellos.
-Así que ¿Tú prima y Tom anda juntos? –preguntó seriamente mientras nos dirigíamos a la barra. Aquello me hizo sentir mas confusa que antes. Ignoraba lo que hacia Gustav pero no tanto a Lizzi.
-Son unos adictos al sexo –intenté sonar bromista tratándola de animar- llevan haciéndolo hace algunos meses o años.
-¿Meses? –preguntó de nuevo, aunque esta vez sus ojos se fruncieron un poco y su rostro dio un giro. ¿Por qué le molestaría tanto?- ¿Tu ya lo sabias?
-Puff –bufé después de dar un sorbo a mi bebida- desde que llegue a Oberhausen –respondí sin entender a donde quería llegar.
-Tu ya lo sabias y no me dijiste nada –contestó molesta alejándose de mí. Seguía sin entender ni una sola palabra.
-¿Pero que te pasa? ¿Cuál es tu problema? –Quise tratar de entenderla. Esas respuestas directas me dirían todo de una vez por todas.
-Mi problema es que tu sabias que estaba con tu prima cuando tu sabias que Tom salía conmigo. ¿Era yo su juguetito?
Gustav no supo reaccionar ante esta situación. Se quedo mirando a Lizzi con gran tristeza al ver como se aferraba a Tom cada vez que Lizzi lo veía.
Ni siquiera yo supe como reaccionar. Había sido yo la tonta que le había contado mi única mentira.
Lizzi se fue tomando a Gustav de la mano. La gente que miraba atenta no paraba de mirar la dramática escena. Observaba a mí alrededor tratando de sentarme actuando disimuladamente, que no sucedía nada. Pero la triste realidad es que me sentía la persona mas odiada en ese momento.
Ahora me encontraba sola en la barra con mi bebida. Tom y Fanny ya no estaban en el mismo sitio que antes.
Estaba lloviendo cuando intenté salirme de aquel lugar que comenzaba a odiarlo. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?
