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viernes, 12 de febrero de 2010

Cap 24

Tome el celular.

-¿Hallo? –Pregunte estúpida, al creer que no habría nadie.

¿Neily, eres tú? –Pregunto ella, pudiendo de nuevo recordar su dulce voz –Neily…………..

Hubo mucho silencio en el teléfono. Quise creer que lo lejano del lugar era el culpable de la interferencia. Era un ruido ensordecedor, podía escuchar mi nombre decir a Chelsey entre cortada. Mire la pantalla del celular para saber que había de malo en el, pero todo marcaba a la perfección al igual que la señal. Volví a poner el teléfono sobre mi oído hasta que por fin el sonido de la interferencia había desaparecido.

“Feliz Cumpleaños..Neily, espero que algún día volvamos a vernos”

Me paralicé durante varios segundos. Mis ojos estaban como platos y mi cuerpo temblaba sin poder sostener bien el celular. Mis respiraciones comenzaron hacerse cada vez más rápidas y volví a sentir como la sangre disminuía. Comencé a sentirme débil por la fuerza que tenia que hacer por estar solamente de pie. Todo esto había sido causa gracias a que había reconocido esa voz con facilidad, ya que era de nada más y nada menos que Ani.

Me desvanecí.

Un grito horrorizado se escucho por toda la habitación. Me costó varios minutos reaccionar al lugar donde me encontraba. Estaba en mi habitación, envuelta entre cobijas. Mi frente no dejaba de sudar y mi corazón palpitaba muy rápido. Me falto el aire en ese momento, fue estar exhausta como si hubiera corrido a 50 kilómetros por hora.

La habitación se encontraba a obscuras el cual me había causado mas dolor y miedo. Tuve k aferrarme a las cobijas después de agudizar mi horroroso grito. Pude entender cuanto les importaba a mis amigos. Llegaron corriendo hacia a mí cuando grite.

-¿Estas bien? –Dijo Bill preocupado.

-¿Qué pasa? –Preguntó Aliz con su rostro asustada.

Escuche decir las mismas preguntas una y otra vez al mismo tiempo. Sabia que estaban preocupados por mi y eso me hacia sentir algo mejor. ¿Pero que habría pasado? Lo único que recordaba era esa voz tan odiosa que la había soñado miles de veces cuando se suponía que todo había terminado. “supongo que ahora volverán esas pesadillas” pensé en mis adentros.

Aliz se puso aun lado de mí poniendo su mano caliente sobre mi frente. Podía escuchar su respiración agitada cuando corrió hacia a mí. Eso ya era culpa de la habitación que era demasiado enorme para una sola persona, tenían que pasar una por un pasillo para llegar a una pequeña sala, pues estaban conectadas la sala y mi habitación.

-¿Que paso? – Mi voz había sonado temblorosa y tímida.

-¿No recuerdas nada de lo que paso Neily? –La voz de Aliz siempre fue calmada y con mucha paciencia. En momentos como estos ella era como una madre para mí.

-No –Respondí- Lo único que recuerdo es que conteste el teléfono y escuche la voz de Ani.

El pronunciar su nombre me hacían enchinar mi piel. Un escalofrío inmenso inundo todo mi cuerpo toda la tranquilidad que había recurrido en el sueño.

-Te desvaneciste –Respondió aquella voz lejana hacia nosotros. Gustav normalmente siempre era serio y más si se trataba de entablar una conversación- Fue bueno saber que Georg se encontraba a tu lado.

-Chelsey dijo –Completo la frase Georg, quien este se encontraba a un lado de Mike de la parte delantera de mi cama- Que le colgaste el teléfono.

-Creemos –Dijo Tom- Que probablemente lo alucinaste.

Mis ojos estaban como platos al escuchar decir eso a Tom. Voltee a mi alrededor, pero todos parecían estar avergonzados por creer esa absurda idea de mi “que estaba alucinando”. Sus miradas no fueron hacia a mí, intentaban desviar la mirada hacia otra parte solo por la “vergüenza”.

-Cuando revisamos el teléfono –Respondió Lizzi quien estaba aun lado de Aliz- Chelsey estaba marcando el teléfono.

-Tal vez –Bill dudó al principio, sus ojos se fruncieron y luego volvió la mirada a mí, aunque en sus ojos solo veía preocupación- Lo mejor será que descanses. Has estado preocupada por tantas cosas que incluso te olvidaste de tu cumpleaños.

-¡No! -Grite de nuevo horrorizada. Yo misma estaba segura de que no era una alucinación. Mis manos se aferraron con fuerza a las cobijas. Los ojos comenzaron a derramar lágrimas sin poder detenerse. Si ellos ahora no confiaban en mí, ¿Como haría yo para protegerme si algo malo sucediera? –Georg, tu mismo me lo dijiste, Ani ha salido de la cárcel. ¿Qué tal si busca venganza y me sucede algo?

-Esa era la razón por la que no queríamos decirte nada –Bill le lanzo una mirada fugitiva a Georg- Todos estarán bien, tu padre te protegerá todo el tiempo, él ya lo sabe.

-¿Y si te sucede algo a ti? –Mi voz ahora había sonado más desesperada. Pero me detuve a mis miles de preguntas cuando sentí una mirada más penetrante dentro de la habitación. Era la de Mike, no había tenido yo el cuidado para esconder mis sentimientos hacia Bill.

Agache mi mirada avergonzada

-No me lo perdonaría jamás –Susurré.

-Tranquila- Le siguió Bill al llegar a mi lado- No me sucederá nada, tenemos a los mejores protectores con nosotros.

Sus palabras susurrarme al oído me hicieron tranquilizarme pero solo un poco. La habitación se había puesto incomodo por la forma en que se miraban unos a otros. Incluso a Mike le era incomodo por no tener tanta comunicación con ellos, y en ellos estaban incluidos Bill Kaulitz. Mike supo el inicio y el final de nuestra relación y eso hacia ponerlo mas celoso cuando Bill estaba cerca de mí.

Gustav había sido el primero en retirarse. Estaba serio cruzado de brazos antes de ir, suponía que ya no tenía nada que hacer ahí estando yo bien. Me hizo pensar que en realidad le importaba como para que se quedara a mi lado.

Lizzi y Tom parecían tener un repelente que hacia alejarlos mas y mas, trataban de evitarse lo mas que se podía. Pero Lizzi era quien sufría al alejarse de él, pues podía distinguir sus ojos con sus tristezas y alegrías.

Georg solo miraba através de las ventanas queriendo ver más allá de ellas. Su mirada estaba completamente perdida. De nuevo me hizo pensar en la protección de cada uno de nosotros. ¿Georg seria el único que me creería?.

Un gran suspiro di al darme cuenta de que en realidad solo estaba preocupado por su gran amada Chelsey, mi pequeña heroína, la que dijo “No” cuando se trató de Georg. Me enoje en mis adentros cuando lo pensé claramente ¿Quién protegería a Chelsey? Pensándolo bien de una forma, ella era en la que más peligro estaba, pues había traicionado a Ani, había llegado hasta la policía para declarar e irse antes de que le hiciera daño a Georg. Pero no todo salió como ella quería, ya que si quería que Georg estuviera a salvo, tenia que estar presente en todo este problema para que así la policía tuviera una idea de cómo atrapar al “jefe”.

Eso ya era del pasado, tal y como lo había sido la separación de mis padres. Me causo un estruendo dolor al volver a sufrir la separación de ellos. ¿Por qué se separaron? Aunque ya habían pasado muchos años, siempre seguirá siendo esa mí pregunta. Cuando yo les pregunte a ellos mismo la pregunta en la que tanto anhelaba una respuesta, ellos lo único que contestaron fue “Por tu seguridad” , pero…¿Cuál seguridad? Ahora ya había quedado en el pasado ¿No?.

Me estremecí más, todo había pasado muy rápido, inclusive la supuesta aniversario de Mike, ¿Cuándo fue la primera vez que fuimos oficialmente novios? ¿Por qué no le pregunte ese mismo día que me lo recordó? Bueno, al menos tenía una respuesta para la segunda pregunta. Era fácil “preocupada por mi estupido rompiendo con Mike” muy fácil.

-Tengo que irme –Aliz acarició mi frente una vez más- Descansa, mañana mismo temprano saldremos para dirigirnos de nuevo a Oberhausen y de ahí te llevaremos a tu casa.

-Estaré bien –Le aseguré- No tienen por que preocuparse por mí todo el tiempo.

-Probablemente –Aliz respondió con un gran suspiro- Terminaré haciendo yo el trabajo…..-.

-No –La interrumpí- No se te ocurra Aliz, ya tengo ideas sobre el trabajo. Por favor.

Mi puchero y mis manos juntas como la forma de una pequeña angelita pudieron favorecerme para poder conseguirlo. Era cierto en todo lo que dije, ya tenia ideas sobre que escribir de los chicos. Era una fans antes ¿Qué no sabría lo que una fan esperaba saber de ellos?

-Esta bien –Aliz suspiro una vez más, pero esta se levanto lentamente insegura de dejarme en mi cama. Miró dudosa a Bill quien tenia la mirada fija en mí.- Buenas noches.

Le conteste de la misma forma con una media sonrisa. Tuve que hacer un gran esfuerzo para lograrlo. No entendía muy bien del por que me sentía algo cansada.
Miré hacia mi celular que se encontraba aun lado de mí en aquel buró con esa lámpara grande recargada a la pared. Me sorprendí al ver que eran las 3:47 de la mañana.

-Será mejor que cada quien se vaya ya a su habitación –Les dije mirando a cada uno de los que estaban en la habitación. Aliz y Lizzi ya se habían marchado, por lo que solo quedaban, Georg, Mike, Tom y Bill- Ya escucharon a Aliz, mañana Será un día muy largo y lo mejor es descansar-.

De nuevo intente hacer una media sonrisa a cada uno, pero mi esfuerzo hacia quedarme cada vez más débil. Podía sentir como mis parpados pesaban mas cada minuto. Mi respiración se alentaba al igual que mi fuerza al estarme sentada.

-Cualquier cosa- Se preocupó Tom. Se encontraba muy serio. Todo lo había notado cuando dije el nombre de Ani. ¿Acaso Tom querría volver a Ani? Estaba segura de que no era así –Por favor llámanos, vendremos enseguida.

Se acerco a mí para besarme la frente. Miraba de reojo como Mike se mordía entre dientes poniéndose rígido apartándose más lejos de lo que ya estaba.
Tom hizo una señal a Georg, quien este aun seguía en sus profundos pensamientos suspirando cada cinco minutos.
A diferencia de Tom, Georg solo saludo con un gesto en la mano y se fueron enseguida. Ahora solo quedaban Mike y Bill. Me sentí incomoda al principio, lo que menos quería era ver una pelea sabiendo lo que Mike sentía por Bill “desagrado”.

-Mike, Bill –me incorpore sentándome de nuevo en mi cama. Ya que mi fuerza disminuía con rapidez haciendo que yo cayera a mi cama- Gracias por preocuparse por mí, estaré bien, yo les llamare si algo sucediera conmigo-.

-No me iré –Respondió Mike enojado. Estaba sorprendida que en toda la noche por fin lo escuchara decir algo. Pero me estremecí al saber que solo hablaría para decir eso- No te dejare sola.

-Ja –rió Bill a mi lado-No estará sola, así que no te preocupes por ella-.

Me asuste cuando Mike se acerco lentamente hacia Bill con una mirada asesina. Bill estaba quieto, lo conocía, jamás había peleado con nadie a golpes, salvo con su hermano Tom. Mis puños se cerraron aun más cuando imagine la peor parte de todas, golpes por doquier mientras yo solo miraba.

-¡Basta! –Grite tomando una gran bocanada de aire- Yo sola puedo cuidarme y no necesito su ayuda, lo único que ahora mas deseo es que se vayan los dos de inmediato.

-Lo siento Neily – Dijo entre dientes manteniendo aun su postura con los puños cerrados y con la mirada en Bill- No voy a dejarte sola y menos con él.

-Lo mismo pienso –A diferencia de Mike, Bill solo tenia sus entrecejos fruncidos- No te dejare sola.

-Bien –Me rendí haciendo levantar mis manos como si estuviera reteniendo algo hacia a mí- Yo me largo-.

No sabia lo que hacia. En realidad me sentía muy cansada para levantarme y dirigirme hacia otra parte. Pero hubiera estado más cansada si tuviera que estar lidiando con ellos toda la noche.
Tomé mis cobijas enrollándome en ellas y dirigiéndome hacia mi closet, para tomar ropas calientitas e irme lejos de la habitación.

-No te vayas –Me sujeto del hombro Bill- quédate, estas cansada y no quiero que sea por mi culpa-.

“Quédate” pensé en mis adentros, de pronto era yo la que deseaba que se quedara a mí lado. Ahora me sentía culpable por la forma en que los trataba. Siempre hacían quedarme como la buena del cuento, y ellos los ¿Malos? Yo no lo creía así. Bill me dio un beso en la mejilla y se dirigió hacia la puerta sin decir una sola palabra.
Estaba avergonzada ante la situación, ahora yo me sentía demasiado culpable. Supongo que eso lo había notado Mike enseguida, quien había llegado hasta a mí para abrazarme. Luego su cuerpo se mantuvo firme por unos minutos con sus manos sobre mis hombros mirándome fijamente.

-Buenas noches -Mi voz se quebró al decirle eso, pero estaba enojada conmigo misma, no quería que me viera llorar por que entonces se preocuparía mas por mí y no podría estar a solas.

-Buenas noches –Respondió estremeciéndose- Cualquier cosa, por favor llámanos-.

-Lo haré –Le prometí. Mi mirada se puso fría conforme a sus respuestas. Quería sonar fría ante él para que no se diera cuenta de que estaba destrozada- Ahora descansa.

Solo un pequeño beso en mis labios fue lo único que nos despidió, no hubo palabras ni otros gestos que hiciera romper nuestro silencio.
Estaba paranoica, por las cosas que me sucedían. Sentía de nuevo esa punzada pero esta vez era directo al corazón, sitiándome más y mas débil.
Camine hacia a mi cama como si fuera una zombi, ya que me era imposible moverlos hacia donde yo quería. Era como si mi cuerpo no tuviera la suficiente energía para que llegara a mis manos y pies. Tuve que arrástralos hasta llegar a mi habitación.
Volví a sentir escalofríos.

Mi cuerpo volvió a temblar y chorreaba gotas de sudor en mi frente, tenia frío pero mi cuerpo tenia calor.
Tome las cobijas más fuertes y me avente a la cama con las cobijas que tenia alrededor de mi cuerpo.
Intente ponerme de lado para poder calentar mi cuerpo –mas de lo que ya se encontraba- pero quise hacerlo, del modo que también me pusiera cómoda.
Cerré mis ojos

Mi cuerpo salto al sonoro del timbre de mi celular. No dejaba de verlo, estaba frente a mí, sonando una y otra vez, con un número desconocido. Tenía miedo de que de nuevo fuera Ani felicitándome en mi cumpleaños.
Me quede mirándolo durante unos segundos. Mi corazón se acelero y el volumen del celular se fue haciendo más alto. La vibración del celular hizo que cayera al suelo y comenzara a dar vueltas en el piso.
Mi mente me decía que me protegiera, que no lo tomara, que lo dejara sonar. ¿Pero cuando terminaría todo esto? De alguna u otra forma tenia que acabar con todo esto. Decirle mejor que vaya al punto y que me diga lo que quiere ¿Y si quiere venganza?
Tomé valor y tomé una gran bocanada de aire.

-Bueno –Conteste con mi voz ronca y a regañadientas- ¿Quién habla?