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jueves, 4 de febrero de 2010

Cap 22

Durante unos minutos comencé a verme de nuevo en el espejo. Esta vez me encontraba totalmente desnuda mirando mayormente mi abdomen. Me hizo pensar de nuevo en Mike y Bill, pero esta vez tenia un plan, un plan que tal vez podría funcionar y probablemente no dañaría tanto a ninguno de los dos.

Durante mi caminata con Tom también pude pensar claramente que tal vez esperaría a terminar el trabajo pendiente que escribiría para la revista y después, ese mismo día se lo entregara esperando dos días mas comportándome diferente con él…..simplemente dándole pistas a algo que ocurriría. Era demasiado listo y lo sabría. Sabía que entendería fácilmente. Pero en Bill…..lo había pensado muchas veces y decidí que en el lapso de los dos días lo mejor era decírselo y ver la reacción de él.

Por un momento tuve miedo de decirle la verdad, pero tenia que hacerlo, lo amaba y era el padre de mi hijo o hija lo que fuera.
Acaricie mi abdomen un par de veces y luego pensé en la vida que tendría. ¿Seria feliz? Sea lo que fuese lo seria estando con sus padres pero…y ¿Qué tal si no le agrada la idea de que su padre fuera un artista?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por esos ruidos ensordecedores en la puerta, sonaban dos veces seguidas y después había silencio, parecía estar dudando si entrar o no.

-Ya voy- Gritaba al mismo tiempo que me ponía una bata encima de mi cuerpo.

De nuevo era Mike, en cuanto lo miré se sonrojo un poco y se agarro la nuca rasgando un poco su cabello, daba la impresión de que se acababa de levantar de la cama, sus ojos estaban algo pequeños al igual que sus pupilas.

-Lo siento- Se disculpó-¿Llegue en un mal momento?

-Descuida-Le dije- Solo me visto y estaré lista en cinco minutos.

Era increíble como el tiempo se pasaba muy rápido. Me veía hace unas horas caminando por la playa junto a Tom y a los pocos minutos ya había obscurecido.
Le hice una seña con mi mano y le cerré la puerta. Como pude, tumbe la bata por un lado y tome uno de los vestidos que se encontraban tendidos en la cama listo para ponérmelo después de haber estado peleando con Aliz y Lizzi sobre que ponerme para esta noche.
No estaba segura de lo que tramaban ellas pero su sonrisa y secreteos a mis espaldas me hicieron dudar un poco.

Les había comentado a ambas que no dejaría a Mike por nada del mundo, para que cualquiera que fuera su plan, no podrían hacerlo estando él conmigo. “No te preocupes, nadie hará nada” me repetía Aliz al mismo tiempo que había sacado el vestido negro con un escote que terminaba unos diez centímetros antes de llegar a las rodillas. Lucia un corsé del busto hacia mi abdomen. Demasiado listo sabiendo en la forma en la que me encontraba.

En cuanto me puse el vestido, me arregle un poco el cabello ondulado con mi mano manejándolo suavemente hasta debajo de mis hombros, pero solo un poco.
Mi cabello tenía unas pequeñas pincitas -que hacían juego con el vestido- tomando solo un mechón de mi cabello y levantándolo un poco. Me mire una vez más en el espejo para cerciorarme de que todo estuviera en su lugar. Tome mi bolso negro con plata alargado y me dirigí a abrirle la puerta a Mike, quien esperaba recargado a la pared sosteniendo todo su cuerpo en un pie, debido a que el otro pie se encontraba también en la pared.

Cuando me miro se quedo boquiabierto. Al principio vaciló unos segundos después de preguntarle “¿Cómo me veo?”.
Llego a mí y sin pensarlo dos veces se lanzo y me beso con sus labios tiernos y rojizos. No duro mucho el beso, pues había tenido la fuerza necesaria para quitármelo de mí. Cada vez que me besaba era una puñalada en mi corazón, latía con fuerza, pero eso no significaba que sintiera algo por él, si no por que sabia lo que le estaba haciendo y quería terminar con todo esto ya. “Solo unos días más” me dije a mi misma, pues ya podía ver en mi cabeza la imagen de Mike destrozada al ver que terminaba por él.

-Por fin- Gritaba Aliz a lo lejos fuera del restaurante al que había reservado- Les había dicho que a las ocho puntual.

No me sorprendió que Lizzi estuviera un poco seria a su lado, debía admitir que las dos Lucian radiantemente divinas.

-Hola-Dijo Lizzi seria con esos ojos apagados que habían llorado durante horas-Me da gusto que llegaran, Aliz no para de hablar…..

-Shhhh- le dio un pequeño codazo Aliz interrumpiendo a Lizzi- Es una sorpresa y sé que te gustara Neily.

Aliz me sonrío y me tomo del brazo para dirigirnos dentro del restaurante. Había puesto los ojos en blanco cuando le lancé una pequeña mirada a Mike, quien este se puso algo serio al no saber lo que tramaban o al menos eso creía yo.

Nunca pensé que la cena hubiera sido tan…desesperante. Al principio creí que la sorpresa se encontraba ahí, en ese lugar, pero estaba equivocada. Podía ver de reojo como Aliz y Lizzi se lanzaban miradas de malicia. De algo estaba completamente segura, y era que ellas estaban tramando algo y en ese plan no estaba incluido Mike.

Agradecí muchas veces por que la cena terminara, ya que jamás en toda mi vida había estado con muchas ansias de ver una sorpresa, sabia que la respuesta a todo era Bill, siempre lo había sido, una gran sorpresa y un gran regalo que bajo del cielo como si fuese mi ángel, un ángel cuya alas volaba alrededor de mí haciendo latir mi corazón con fuerza.

Lizzi me tomo de la mano guiñándole un ojo a Aliz y llevándome hacia un lugar de entre los lugares de los restaurantes. Cuando voltee a mi espalda pude ver como Aliz le había tomado del brazo a Mike deteniéndolo para no seguirme y charlar con él.
No pregunte nada y sin decir palabra alguna seguí a Lizzi, quien aun tenia su mano sobre mi brazo. Caminamos más de lo que creía, cada vez me llevaba a los mas profundo del lugar donde se encontraban todos los restaurantes. Había muchas palmeras alrededor que no podía diferenciar el camino y la obscuridad no me ayudaba mucho. Todo el tiempo había estado golpeándome con una rama tras otra y por poco y tropezaba con una piedra, pero gracias a Lizzi –quien todo el tiempo me llevo del brazo- me había salvado.

Después de tanto caminar, pude ver a lo lejos un lugar no muy pequeño. Era mucho más grande que mi casa y solo había una puerta que dejaba salir centellas de luces de colores.
Conforme nos acercábamos pude escuchar con claridad los gritos de algunas chicas, y una música que sonaba muy a menudo en este tiempo. Solamente había un hombre parado en la puerta un poco gordo y con unos lentes obscuros.

Estaba algo ansiosa por llegar hasta la puerta, pero tenia que hacer que mi desesperación no lo percibiera nadie, pues sea lo que sea la sorpresa no podía imaginarme otra cosa que no fuera Bill y me daba vergüenza estar con mi estupido rostro de sorpresa.

Al momento de llegar a la puerta, sin pensarlo dos veces nos dejaron pasar y pudimos entrar con mucha facilidad, fue entonces que se me vino una pregunta a la mente. ¿Por qué el lugar estaba tan retirado?
Todas las mujeres estaban sentadas con sus parejas, el lugar era tipo bar. Había un chico detrás de la barra atendiendo a todas las personas que se amontonaban por pedir una bebida. Otras personas se encontraban bailando en medio de la pista, pero no lo hacían con muchas ganas. Pero había un grupo de chicas en especial, detrás de una tarima que daba en frente de las puertas principales del lugar. Ese grupo de chicas parecían estar esperando algo ¿Pero que era?

-¿Quieres una bebida?- Me pregunto Lizzi en el oído por la música que se encontraba con el volumen alto.

-Lizzi- Le conteste- ¿De que se trata todo esto?

-Ya lo veras, es una gran sorpresa- Me respondió con esa enorme sonrisa dibujándose en su rostro.

En eso se dio media vuelta y desapareció, me di cuenta que el lugar también se encontraba obscuro, lo único que lo podía iluminar eran esas luces de colores que se encontraban arriba de la tarima. Intente buscar por todo el lugar unas sillas y mesas disponibles. Después de haber dado miles de vueltas en mi mismo eje en medio de la pista pude localizar una mesa donde una pareja la estaba desocupando. Pegue carrera hasta llegar hacia ella y me senté rápidamente sonriéndole a una pareja de chicas que habían planeado lo mismo que yo pero lamentablemente les había ganado.

Puse mi bolso encima de la mesa y cruce mis piernas. Mi pie estaba algo incontrolable. Daba pequeño golpes en el piso rápidamente al ritmo de la música. No pude evitar voltear a todos lados para ubicar por lo menos a alguien conocido, pero no podía ver a nadie.
Dándome por vencida intente localizar a Lizzi-de nuevo- pero de pronto ya no la veía “Estoy segura de que te vi” pensé en mis adentros. La tenía perfectamente vigilada en esa barra, pero la perdí de vista durante unos segundos y de pronto ya no estaba. Todo esto probablemente seria parte de la “sorpresa”.

Los minutos transcurrieron y no había señal de nada. Quería ir por una bebida con el alcohol suficiente para calmar mi desesperación, pero si me iba me ganarían mi mesa. ¿Pero de que serviría si no hay nadie a mi lado?
Algo insegura tomé mi bolso lentamente volteando a ambos lados como si pudiera localizar algo o como si me cubriera de alguien que me ha estado persiguiendo.
Me levante y me jale el vestido hacia abajo, ya que al sentarme se me había levantado solo un poco.
Me sentí algo triste al no ver a nadie y que Lizzi me hiciera ese tipo de “sorpresas” hubiera preferido estar mejor con Mike a su lado, o buscar a Bill en su cuarto y tenerlo abrazado a mí durante toda la noche.

Voltee una vez más a la barra para tener la ilusión de localizarla de nuevo, pero no fue así. Caminé lentamente para llegar a la salida, que parecía lo más largo en toda mi vida.
Pero entonces me detuve un momento. Fue como si mi cuerpo se hubiera paralizado al igual que mi corazón al escuchar esa voz….esa voz que me había enamorado por completo. Bill estaba cantando en la tarima junto a Tom. Simplemente se tuvo que alzar esas cortinas en las que ellos se ocultaron toda la noche.

Estaba en estado de Shock. Había sido una sorpresa pero me era extraño algo. ¿Por qué estarían tocando esa canción? No había escuchado cantar esa canción a Bill ni tocar con esa guitarra a Tom.
Enseguida llego Lizzi y Liz juntas con un pastel y una pequeña vela encima. Tampoco pude ver eso debido al grupo de chicas debajo de la tarima. Detrás le seguían Mike, Georg y Gustav sonrientes hacia a mí.

¡No podía creerlo! ¿Hoy es mi cumpleaños? ¿Por qué no lo recordé? Entonces me di cuenta. Estaba demasiada preocupada por mis problemas que había olvidado mi cumpleaños. Ahora había entendido todo. Por eso habíamos venido hasta acá. No solo eran vacaciones, si no era por mi cumpleaños. Ahora entiendo por que nadie se había sorprendido de que Mike hubiera llegado, era por que ya lo tenían planeado. También entendí por que Tom nunca le menciono nada a Bill, por que no quería arruinar mi pequeño regalo aquí.

Todo concordaba a la perfección. Podía sentir como rápidas lágrimas recorrían mis mejillas con facilidad. Bill y Tom estaban cantando el “Happy Birthday” y eso me hacia mas llorar. Uno por uno comenzó abrazarme muy fuerte, sintiendo el gran cariño que me tenían hacia a mí. Pero lo más sorprendente de todo es que pudieran guardar el secreto sin decir una sola palabra.

Al momento de terminar la canción, Aliz me guiñó el ojo y se llevo a Mike fuera del lugar secreteándole algo. No pude saber exactamente lo que le decía, pero me reí al ver como Mike ponía los ojos en blanco y se dirigían fuera del lugar.
Una música que se podía decir “movida” fue sustituida una vez que los chicos dejaron de tocar. Tom había dejado a un lado su guitarra para llegar abrazarme fuertemente y susurrándome “tenemos que hablar urgentemente y…..feliz cumpleaños” fruncí mis ojos al escucharlo sin quitar mi pequeña sonrisa que era inevitable de hacerla desaparecer.

Después mis ojos se posaron solo en él, quien me miraba serio y en la mano el micrófono con el que había cantado. Segundos después dejo el micrófono en su lugar y se acerco rodeando sus brazos por toda mi espalda.

-Feliz cumpleaños-Dijo Bill abrazándome mas fuerte-¿Cómo es posible que no lo recordaras?

Me quede callada durante unos segundos. ¿Sería este el momento perfecto para decirle las razones?
Cuando se desvaneció ese abrazo, me quite de él para mirarlo a los ojos. Una vez que me cercioré de que no se encontrara Mike a mi alrededor. Sin pedir permiso me acerque a él y lo bese. Me había respondido tan bien, aunque la palabra “bien” era insignificante a lo que en realidad había sido ese gran beso.
Mis pensamientos no dejaron llevarse más allá del beso así que aparte un poco mi mirada de él por vergüenza a lo que estaba a punto de decirle.

-¿Qué pasa?- Preguntó siguiendo mi mirada.

-Bill- Dude por unos momentos, pero tomé valor y lo mire a los ojos-Debo decirte algo…algo muy importante.