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lunes, 19 de julio de 2010

Cap 48

-Siempre supe que eras una chica diferente –exclamó con serenidad aquella voz que me atormentaba en todas mis pesadillas. Ani , quien se encontraba en uno de los sillones al lado de una pequeña lámpara donde estaba de piernas cruzadas acompañada de aquella sonrisa que me parecía de lo más aterrador sentada- Hola Neily –saludó con cierto afecto con esos ojos llenos de vida- No sabes cuanto he esperado por ti.

Me quede perpleja escuchando su tranquila voz serena. Mis ojos que aun se encontraban hinchados estaban abiertos de par en par y mi corazón latía rápidamente. Fu entonces cuando el pánico se llenó por toda mi mente bloqueando todos mis sentidos y haciendo que mi voz quedara totalmente apagada.

-No no no por favor que no te sorprenda que este aquí –se rió amigablemente y por un momento me olvidé lo malvada que era- digo no es que sea una introvertida ni una chismosa –continuó con aquella sonrisa que casi parecía tan real- pero sabes, me gusta enterarme de todo.

Enarcó las cejas para después mostrarme lo que tenía escondida bajo su mano. Me quede perpleja al ver como tenía entre su mano la carta que Chelsey me había mandado y fue entonces cuando sentí como el miedo llenó hasta mis pulmones quedándome sin aire.

-Es una verdadera lastima que piense que te esta protegiendo de nosotros vigilándome muy de cerca cuando en realidad nosotros somos los que la estamos investigando –su risa me causó gran estremecimiento y desee que donde quiere que Chelsey estuviera se encontrara a salvo.

-Todo fue más sencillo de lo que yo hubiera esperado –prosiguió mientras se levantaba del sillón con tanta delicadeza e hizo una mueva de disgusto- eso de que Bill te dejara solo por que te veía sufrir me pareció de lo más patético pero más absurdo lo que Tom hizo con Lizzi para después entregarla a Gustav como si fuera un objeto –cada carcajada parecía como si lo hubiera hecho a mi oído. Mi cabeza no paraba de retumbar y deseaba que todo esto terminara.

-Siempre fuiste tan –intentó buscar una palabra adecuada para mí lo que hizo que se recargara en la pared más cercana a ella- como te digo, como te digo…tan estúpida e ingenua.

Tragué saliva al escuchar aquellas crueles palabras. Solo esto me hacía falta para que mi día estuviera hecha añicos o para que mi vida terminara de esta manera. Mi cuerpo no luchó y mi voz no hizo ningún esfuerzo por hacerla callar en ese instante.

-Tampoco fue de lo más sencillo convencer a tu queridísimo Mike de que provocara un accidente automovilístico junto a ti. Se rehusaba una y otra vez hasta que mi compañera y yo le dimos suficiente alcohol y alguna otra droga que lo llegara hacer tal cosa –su sonrisa se fue esparciendo poco a poco al recordar aquel momento -¡Oh! –Exclamó chasqueando un dedo con cierta alegría- también fue de mucha ayuda el que estuvieras embarazada y que fuera de Bill. Hubieras visto la cara que puso –se burló.

-¿Tu se lo dijiste? –titubeé con los ojos como platos. No había recordado en ningún momento habérselo dicho y ahora mismo podía ver una imagen llena de sufrimiento al enterarse de mi embarazo.

-Tenía planeado matar a alguien que pudiera destruir tu armonía con los chicos o algo que te dejara bloqueada en tus pensamientos –su sonrisa cada vez se fue esparciendo por todo su rostro mientras caminaba persuasivamente hacia mí- pero al parecer fue más sencillo de lo que yo hubiera esperado. Y ahora el pobre se quiere suicidar en la torre más alta de la torre viersen esta noche –se burló.

-Que demonios quieres –articulé después de que el pequeño coraje que se había acumulado al enterarme de que Mike se sintiera tan mal a causa de ella. Pero aunque mis manos por un segundo permanecieron hechos puños, pocos segundos después volvieron a quedar inmóviles con la palma abierta.

Mi mente ahora vagaba en la imagen de Mike sintiéndose de lo más culpable. Si a él le llegaba a pasar algo yo me culparía por no haberle dicho nada de mi embarazo. Por tener la mala costumbre de callarme tantas cosas.
Pero ahora no me quedaban ganas de luchar ni quería hacer esfuerzo si Ani quería hacerme daño en ese momento. Mis razones para seguir viviendo se habían ido y me habían dejado más sola que nunca, llevándose con ellos todos mis sentimientos y las ganas de luchar por algo.

-Te diré lo que quiero –inclinó su cabeza a un lado y sacó una pistola que se hallaba justo debajo de su abrigo en quien no me había fijado durante la larga plática. Vestía toda de negro con unos pantalones de color oscuro y unas botas negras de cuero. Su cabello que le llegaba a sus hombros aun brillaban de reluciente y su blusa estaba un poco escotada del pecho con pequeños holanes a los lados que se dejaban caer a la altura de los hombros.

-¿Me vas a matar? –pregunté llena de pánico que quise ocultar. Mis piernas comenzaron a dormirse y fue entonces cuando quise dejarme llevar por aquel momento. Tal vez así fuera un poco mas sencillo…..irme de aquí.

-No lo se –se detuvo un momento mientras pasaba lentamente la pistola debajo de su barbilla como si está estuviera pensando. Su mirada me aterrorizaba y sus ojos se fruncieron un poco. Imaginé que se había decidido por matarme.

-¿Tu sabes lo que para mí significa 22 días en la cárcel? –Continuó mientras alzaba sus ojos en dirección hacia arriba- es bastante horrible y todo por tu maldita culpa. Si hubieras hecho las cosas a mí manera probablemente tu estarías con tu madre pero no fue así, decidiste hacer las cosas por las malas- se detuvo y luego sus ojos se clavaron en los míos- todo por ti y esa -hizo una mueca y escupió la palabra con cierto asco –Chelsey me robaron todo lo que yo quería y anhelaba. Por tu culpa –gritó ahora apuntando la pistola en mi cabeza.

Yo miraba tranquila sin haberme movido del escalón donde había encontrado a Ani. No sabía que decirle. Parte de ese argumento a la vez fueron verdad y mentira. Yo jamás supe acerca de que todo eso había sido una trampa ni mucho menos que siempre me estaban vigilándome solo para atrapar a Ani y a su padre.
Pero de que servía todo eso si yo de todos modos hubiera muerto, si de todos modos Ani saldría libre, si de todos modos el capturarla no había valido la pena.

-Espera un momento –dije mientras pensaba en algo me inquietó- como fue que saliste de la cárcel. Había entendido que era a cadena perpetua.

-No si tienes un padre adinerado y que tenga contactos para que puedan sacarnos a mí y a él – respondió Ani recordando ese momento mientras su rostro se volvía más ligero y sonriente – pero ya es tiempo de que pagues las consecuencias –dijo volviéndose ahora con su rostro duro y serio- y no te preocupes –señaló con otra pequeña sonrisa- morirás rápidamente.

Era todo para terminar. Mis días y todo habían terminado para mí. De haber sabido que hoy sería mi último día me habría despedido de mis padres y de mis amigos a quien quise mucho.
Debo admitir que tuve miedo. Ver la pistola delante de mis ojos me aterrorizó y cerré mis ojos fuertemente mientras intentaba asimilar una muerte rápida y sencilla.

-No lo hagas –escuché una voz a lo lejos. Abrí los ojos y vi como una persona que a juzgar por su voluptuosa figura era una mujer. Vestía también de negro y no se le podía ver el rostro aunque la voz me fue un poco más familiar- eso no era parte del trato.

La chica llegó a ella quitándole la pistola y guardándole en su bolsillo. La chica me miró por unos segundos y cruzó por la misma ventana que se hallaba en la cocina que era donde había entrado.

-Disculpa –la detuvo Ani antes de que se marchara por la ventana- pero tu no puedes decirme que hacer. Se supone que yo soy la que mando aquí. Si quieres pertenecer al grupo tendrás que acostumbrarte a lo que yo haga. Además –añadió con cierta ira y sus ojos se fruncieron de nuevo- es un asunto pendiente entre ella y yo.

-No me interesa –respondió la chica con cierto enfado- hoy no será, así que ya has venido a cumplir tu tarea. Vámonos –volteó de nuevo conmigo y pude fijarme como una capucha ocultaba su rostro. Me pregunté por que- te esperaré en el auto.

Cuando volteé hacia la persona que me sostenía ahora del cuello estaba ardiendo del coraje. Ani la miraba como poco a poco ella se desvanecía de la ventana de la misma forma en la que apareció. Sus dientes estaban chirreando del coraje pero luego cerró los ojos en un intento de calmarse.

-Para eso –susurró cerca de mí- se necesita otro plan por si ocurriese algo parecido.

Dicho esto sacó un cuchillo donde lo tenía muy escondido. Lo puso justo cerca de mi garganta y eso me hizo quedarme quieta mientras miraba horrorizada como la punta del cuchillo rosaba mi piel. Estaba frio y fue entonces cuanto temí que mis piernas no soportaran aquella pesadilla y cayera accidentalmente rosando con el cuchillo clavándose en mi cuello y caer muerta.

Respiré hondo antes de asimilar de nuevo otra muerte aun más dolorosa. Se que tenía los medios posibles para alejar el cuchillo. Pero mis fuerzas se sentían acabadas y era cuando entonces sentía como un desmayo más fuerte se acercaba.
Fue entonces cuando en ese momento deseaba “morir”
Alcé mi garganta para que le fuera mas sencillo y que todo terminara de una vez. Cerré mis ojos de nuevo sin la esperanza de que nadie viniera a detenerla. Simplemente me deje llevar por la muerte que me estaba acechando.

“Neily” Escuché gritar una lejana voz que se hallaba justo fuera de la casa. Abrí los ojos inmediatamente y seguí la mirada a Ani que daba justo en la entrada de la puerta. ¿Quién era la persona que había gritado por mí? ¿Por qué lo habría hecho?
Pero antes de poder razonar a mis propias preguntas, un golpe estruendo resonó en toda la casa e hizo que mi corazón latiera demasiado rápido temiendo que fuera mi madre o mi padre y que corrieran sus vidas. La puerta se abrió de par en par y fue entonces cuando vi a Reachell agachada con una rodilla apoyada en el suelo apuntando con una pistola a Ani.

-Suelta el cuchillo –ordenó Reachell- nadie saldrá herido si tú haces caso a mis órdenes.

Al ver el rostro de Ani supuse que eso no se lo esperaba. Podía decir con toda seguridad como en su rostro se vio aterrorizada. ¿Qué hacer yo en ese momento? Quedarme parada mirando como me salvaba y ¿Por qué Reachell me salvaba? Si dejaba que Ani me aniquilara ella saldría venciendo y si hiciera todo lo contrario podía ver una imagen de ella sufriendo por no haber hecho lo que le place de nuevo. Eso fue fascinante.

Ani ahora me sostenía con mayor fuerza, sus manos me envolvían y una mano justo se enrollaba sobre mi cuello acercando con lentitud el cuchillo hacia mí piel. Tragué saliva y rogué por que todo saliera como yo lo esperaba.
Tomé sus manos fuertemente y rápidamente alejando el cuchillo, mientras que la aventaba con todas mis fuerzas fuera de mi alcance, dando un fuerte brinco hacia uno de los sillones cercanos.
Reachell corrió a toda velocidad hacia Ani y le alejó el cuchillo con una patada. Ahora era ella quien era apuntada con una pistola en la cabeza.

Pero antes de poder felicitar por el exitoso trabajo a Reachell. Ani, inesperadamente hizo un movimiento extraño del cual no supe como lo había hecho y ahora Reachell corría por su vida.
Los movimientos de ambas eran demasiados rápidos que apenas eran fáciles de ver. No sabía quien era la que estaba ganando o quien estaba apunto de perder.

Me alejé aterrorizada al presenciar una horrible batalla y fue cuando el corazón se me detuvo, cuando una patada en el rostro de Reachell la dejo inmóvil. Ahora estaba yo en los ojos de Ani. Pero solo me miró de reojo antes de subirse por las escaleras.
Reachell quien apenas dio un solo gemido, se levantó y salió corriendo tras de ella. No supe que hacer y las seguí en caso de que Reachell necesitara ayuda aunque era lógico que no serviría de nada.

Justo vi como Reachell jaló de las piernas de Ani después de gritar a alguien que subiera de nuevo. Me asusté y quise estar prevenida por si alguien subía.
Mi corazón latió rápidamente temiendo la vida de una chica. Estaba esperando por aquella ventana -del cuarto de mis padres- que alguien subiera y que no interrumpiera la pelea que se hallaba justo detrás de mí. No quise voltear por miedo a que fuera una distracción para Reachell. Pero escuchaba como se rompían vidrios y chocaban contra la pared una y otra vez.

“No” pegó otro grito fuerte Reachell llena de horror. No quise voltear por miedo a tantas cosas y fue entonces cuando supe por que gritaba. Una mano enguantada de color negro me sujetó fuertemente en mi cuello volviendo a quedar inmóvil y sintiendo como mi garganta se cerraba poco a poco.

-Ani ¡Vámonos! La policía viene en camino –dijo la misma chica de negro que me sujetaba con fuerza- esa chica ha querido entretenerte todo el tiempo para ganar tiempo y deshacerse de ti.

Cuando me giré me sorprendí al ver a Reachell contra el suelo derramando algo de sangre. Ahora estaba yo sola contra dos chicas peligrosas y fue entonces cuando no supe que hacer.

-Hoy es tu día de suerte –recalcó Ani mientras ambas bajaban por las escaleras y huían. Yo tuve que ser aventada hacía la pared y la cabeza me retumbó más de lo que estaba. “mi día de suertes eh” dije para mis adentros.

Ahora escuchaba con toda claridad las sirenas de ambulancias y policías venir hacia mi casa. Cuando mis ojos se encontraron con el cuerpo de Reachell corrí hacia ella. Toqué el pulso de su mano y aun seguía latiendo su corazón lo cual me hizo dar un mejor respiro.

Lo volteé con mis manos cuidadosamente hasta quedar boca arriba y mirando como su labio hinchado y un golpe en el cachete que no dejaba de sangrar. Tomé un trapo que se encontraba cerca de mí y lo puse sobre su cachete para que al menos está dejara de sangrar.

Mientras esperaba a que llegaran los autos recordaba todo lo que Ani me había dicho. Estaba más claro que el agua que jamás me dejaría en paz hasta verme muerta. Todo por un mal entendido. Si seguía permaneciendo aquí lo único que lograría era poner en riesgo la seguridad de mi familia y mis amigos. Más sabiendo que la persona que más amaba ahora me quería ver mas fuera que nunca y eso irrevocablemente me dolía más.

También las personas que se encontraban en peligro solo por salvar mi vida me eran injustas. Chelsey de seguro ahora estaba en las manos de Ani y Mike.
“Mike” susurré su nombre mientras recordaba las ultimas palabras de Ani “Y ahora el pobre se quiere suicidar en la torre más alta de la torre viersen esta noche”

Me quede petrificada y ahora más que nada deseaba detenerlo. Dejé el cuerpo de Reachell quien parecía dormir en un sueño profundo y me encaminé desesperadamente hacia la puerta.

Habían llegado los de seguridad estacionándose rápidamente fuera de mi casa. Las luces me encandilaron y tuve que tapar con una mano mis ojos. En eso pude ver a lo lejos como mis padres corrían conmigo abrazándome.

-No puedo creerlo que estés bien –lloraba mi madre sin dejar de abrazarme- hemos estado preocupados por ti toda el día.

-Reachell nos avisó cuando estabas dentro de la casa con Ani y la otra chica –supuse que “la otra chica” se trataba a la chica de negro- Neily dime, las chicas siguen adentro.

-Solo Reachell –respondí aun con mi mirada perdida. Me costaba trabajo poder asimilar las cosas. Mi padre les dio una seña a los policías y ellos entraron aun con la misma precaución.

-Necesito tus llaves del carro –le rogué a mi padre justo cuando mi madre me soltó- es una urgencia.

-Lo siento Neily –dijo mi padre con voz autoritaria- me temo que eso no será posible. Sabes cuanto tiempo estuvimos preguntando por ti. Lizzi nos llamó preocupada al saber que tu estúpido novio de Bill te dejó.

-Eso no importa ahora papá, necesito las llaves –ahora rogaba casi llorando. La desesperación de que el tiempo se me agotaba me dejaba cada vez más exhausta.

-¡No importa!- exclamó mi padre entornando los ojos y ajustándose su cinturón- mírate –me señaló y me hizo recordar el feo estremecimiento cuando Bill me dejó.

-Neily –gritó Lizzi quien venía corriendo a darme un gran abrazo- que bueno que estas bien. No sabes cuanto estuvimos buscando por ti …

Mis ojos intentaron buscar una forma de poder llegar a la torre viersen y fue entonces cuando el carro miré el carro de Lizzi que se hallaba estacionado a unos cuantos metros de mi casa lejos de todas las patrullas que arrumbaban fuera de mí casa.

-Lizzi ayúdame –le susurré al oído interrumpiéndole, quien seguía hablando sin que nadie escuchara- necesito llegar a la torre viersen.

-¿Qué pasa? –preguntó Lizzi asustada. Miró mi rostro y fue entonces cuando me tomó de la mano y corrimos hacia su carro antes que de mi madre pudiera detenernos al igual que mi padre.

Le dije que se apresurara sin saber el pánico que me daba por la velocidad a la que iba. Intenté adentrarme a la única imagen de Mike sollozando de dolor y eso era lo único que me bastaba para aguantar todo el dolor para un solo día.

Cada minuto dentro del carro me era valioso y me hizo sentirme más destrozada. Cuando en mis ojos apareció esa torre, corrí rápidamente sin detenerme a responder las preguntas de Lizzi que se habían formulado durante el largo recorrido por las escaleras.

Era un edificio vació que estaba en construcción, por lo que no me fue difícil llegar hasta el primer piso. Gritaba su nombre por cada escalón que subía. Mi corazón latía ahora con mayor rapidez y mi cansancio no se hizo de esperar. El aire me faltaba y mis piernas ya no las sentía. Pero aun así corría con todo lo que podía hasta dejarme caer en el primer piso.

Me quede completamente sin aliento cuando vi a Mike amarrado de su cuello colgando de arriba. Estaba muerto. Me deje caer sobre el suelo y me sentí desdichada. Grité de dolor y no paraba de llorar.

Lizzi se tapo la boca cuando vio el cuerpo de Mike y se quedó inmóvil. Lloró junto conmigo. Ambas abrazándonos de solo dolor…. Habíamos llegado demasiado tarde.