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miércoles, 6 de enero de 2010

Cap 19

POR FAVOR, ANTES DE LEER EL SIGUIENTE CAPITULO, SE LES PIDE DISCRECION…
LEERAN COSAS EXPLICITAS Y PARA SU ALTO CONTENIDO.
RECUERDA QUE NADIE DEBE ESTA A TU ALREDEDOR SI NO QUIERES SER CASTIGADA POR MI CULPA XD.
DISFRUTA DE ESTE EMOCIONANTE CAPITULO…CIERRA TUS OJOS Y DEJATE LLEVAR POR ESTA MINI AVENTURA..

PD. ESTA VEZ PERDONEN MI FALTA DE ORTOGRAFIA, LA LEI DE RAPIDO Y NO ME DI CUENTA EN MUCHISIMOS DETALLES.
ESTO POR CULPA DE UNA AMIGA (TITI) NO ME VUElVAS A PRESTAR TU LIBRO DE CREPUSCULO ¡!! ES UNA MALDITA OBSECION Y ESO HACE QUE NO ESCRIBA XD…ASI QUE ELLA ES LA CULPABLE DE TODO ESTO JAJA


-Neily –dijo decidido- te amo, por que no quieres entenderlo-.

-yo también –respondí tímida- es solo que…tengo miedo.

Sus ojos me reflejaban toda la desesperación que tenia por besarme, así que, dejando a un lado los miedos, me acerque lentamente hacia él para besarlo.
Ambas manos se acercaron a sus mejillas lentamente hasta tomarlo, besándolo lentamente.
La desesperación disminuía conforme al tiempo que duraban nuestros besos, nuestras respiraciones fueron cada vez más rápidas, y mis brazos se extendieron hasta tomarlo fuertemente aferrándome a su cuerpo.

Las manos fueron algo incontrolable, tratábamos de hacerlo lentamente para que no se tornara lleno de desesperación.
Lo había besado repetidas veces de tanto que lo ansiaba todos estos días que habían sido un gran sufrimiento. Él intentaba tomarme fuerte con sus brazos, algunas veces podía sentir el presentimiento de que tenia las ganas de sentir mi cuerpo desnudo junto al suyo.

Cuando lo mire a los ojos eran enormes, el sonido de nuestras respiraciones se tornaban cada vez mas rápidas, cerré mis ojos un momento y me deje llevar durante un momento, cuando los volví a abrir ya me encontraba acostada sobre la cama. Me besaba una y otra vez del cuello a mis labios y eso hacia excitarme cada vez mas.

Él se encontraba arriba de mi, quitaba los cabellos de mi rostro que parecían estorbarle. Amaba la forma en la que me miraba, inconsciente sobre el amor, pero seguros de lo que sentíamos.
Cada vez que estaba cerca de él, era como entrar a un mundo completamente diferente, era extraño, pero me gustaba sentir esas sensaciones.

Después de una pequeña pausa a ese gran beso aproveche para dar un giro breve alrededor de él quedando a espaldas y acariciándolo con mis manos lentamente. No había durado mucho esa posición, había recordado que a él le encantaba verme mientras hacíamos el amor. Conforme iba pasando el tiempo, nuestro cuerpo se ponía mas intenso y producía un cierto sudor acompañados de varios gemidos de desesperación.

Sea como sea hice sentarlo en aquella orilla de la cama, llegue a él y me senté sobre sus piernas, después de eso lo volví a besar rodeando mis manos sobre su cuello, en eso pude sentir como sus manos llegaron a tocar mi espalda que se dirigieron lentamente hacia abajo, solo….deslizándose. Al llegar al final de mi blusa, la tomo fuertemente y la levanto poco a poco.
No quería dejar de besarlo solo por hecho de que me quitara la blusa, era absurdo, pero tuve que hacerlo para que viera la parte que siempre fue su favorita. Lo besaba y lo besaba con desesperación, en mi sueños había soñado con esto, no había diferencia, pues en este sueño, jamás huí de él.

Quise acercarme a él lo mas que pude para llegar a tomar su playera puesta, fue algo difícil, pero quitar esos tirantes y golpearme en mi mano solo por quitárselos hacían valer la pena, me quejaba del dolor, a lo que él solo reía. Cuando quite de su playera, pude darme cuenta del frío que tenia al igual que cuando me abrazo, la piel se le erizo por completo, parecía algo contagioso, pude sentir lo mismo en mi cuerpo.

Luego de una gran carcajada mía al ver sus pezones puntiagudos, lo acosté sobre la cama y lo bese de nuevo, no paraba de hacerlo, no era creíble este momento, por eso trate de aprovecharlo a lo máximo, que no hubiera “limites” pensé.

Mirándolo a los ojos profundamente y una sonrisa malévola comencé a mover mis manos hacia abajo que se encontraban en sus hombros, cuando por fin se encontraban cerca de ese cierre, desabroche bruscamente el botón.

Cuando estaba completamente segura de que esos pantaloncillos no estaban sujetos a nada, tire de ellos hasta desnudar sus piernas quedando cubierto solo por aquellos boxers pequeños y algo ajustados que se le parecían por ser su estilo.

Nuestros besos parecían marcar el final o el inicio de nuestro “pequeño mundo” no sabía si la gente como yo, o mis padres, o cualquier pareja típica enamorada sabia si disfrutaba como yo lo que significaba la palabra “amor”. De lo único que estaba segura, era que estaba completamente enamorada de él. Esta vez no me iba importar si tenía miedo de su vida como cantante, o de mi vida tan peligrada que ya comenzaba a acostumbrarme. Solo quería estar junto a él, a su lado, y al igual que él, sentir su cuerpo desnudo junto al mío.

Habíamos pasado durante una larga pausa mirándonos a los ojos, tenia ese fuerte presentimiento de que llegaríamos muy lejos si seguíamos al paso de esta relación. Cuando se acerco a besarme de nuevo, me dio a entender que en verdad lo necesitaba, no sabíamos como expresar la palabra “amor” de otro modo.

Del modo el que hacíamos entender nuestro amor nos facilitaba las cosas, y no nos complicaba en lo absoluto, así que tome ese beso como accediendo mas allá de todos los limites. Aquel beso fue mas lejos, tomo sus manos de nuevo llegando a mi espalda, y rozando con las yemas de sus dedos hasta que desabrocho mi brasier. Algo que me había tomado desprevenida.

Los quito de mi mostrándolo frente a mi en forma divertida y luego los alejó de nosotros. Podía decir que eso no era lo único que me había tomado por sorpresa, si no que al momento de quitármelo jamás miro esa parte de mi, siempre fijo a mis ojos, como si eso le bastara para tener “placer”. Esa era de una de las cosas que mas me encantaba de él, no podía describir el modo que me hacia sentir, pero de igual forma me quite mi pequeña tanga con una gran dificultad. Inclusive tuvo que ayudarme, algo que me avergonzó un poco por verme de esa manera.

Cuando lo miraba a los ojos, era como si fuese borrón y cuenta nueva, como si nada hubiera pasado, olvidándome de todos mis problemas y solo pensar en él. Su olor peculiar me hizo recordar escenas pasadas sobre nuestras relaciones, siempre fueron excitantes y placenteras, algo que me hizo estar ansiosa por llegar a ese punto de la relación.

Teniéndolo frente a mí, hice que se levantara de la cama deslizándolo un poco, tome las manos que parecían un pocos frías por aquellos nervios que nos invadía, aun así lo tome fuertemente de la mano mientras con la otra quitaba de su boxer. Pude decir que eso fue lo más sencillo sobre desnudarlo, así que comenzó a dejarse llevar por mi control.

Su cuerpo fue débil una vez que se dejo llevar, así que siguiéndome tras de mi, lo levante de la cama de nuevo, sabiendo que se había sentado una vez mas para quitar de él aquellos boxer pequeños y ajustados. Nos fuimos lentamente hacia la parte delantera de la cama, me era algo difícil quitar esas sabanas y mirarlo a los ojos, el momento era tan concentrarte que me fue difícil saber el color de la sabana, no pareció importarnos en lo absoluto.

Una vez fuera la sabana, hice que se acostara y viera mi cuerpo desnudo, aquello me apenaba, pero para mi era una forma de decir que era “completamente suya” pero me impresiono mas que estuviera fijos a mis ojos, no paraba de verlos, así que con sus brazos fuertes y algo delgados me tomo de la cintura para llevarme a un lado de la cama donde se encontraba él.

Tratamos de cubrirnos en esas sabanas que parecían ser un verde pálido al quedar en vueltas por esas mismas. Me subí arriba de él, lo bese para dar por fin al siguiente paso, que había sido una gran tortura para mí. Me tomo por sorpresa que su miembro ya se encontrara dentro de mi vagina, solo había hecho un pequeño quejido, pero decidí seguir, al principio pareció dolerme un poco pero después se había convertido en algo placentero.

Difícil de controlar toda la erección por parte de él, decidimos intentar varias posiciones, para hacerlo un poco más “placentero”. Pero en medio de mis pensamientos, se me había venido a la mente aquella pregunta, que hubiera deseado que se me ocurriera antes de tener nuestras relaciones ¿estaríamos cuidándonos? Había escuchado por primera vez en una entrevista diciendo que Bill era virgen, y que estaba en busca de esa chica de sus sueños, luego de haber fracasado en su búsqueda, decidió no creer en el amor. Cuando lo encontró, habría sido yo quien rompiera su virginidad? Si lo era, entonces ninguno de los dos sabíamos exactamente cuidarnos, pues tanto el como yo ninguno de los dos había tenido relaciones con otras personas.

Recordé como me gustaba sentir su sudor por culpa de nuestro coito que lo hacíamos bastante rápido, largos y durante un tiempo largo. Nada hacia interrumpir nuestra relación, pequeños gemidos de parte de él era lo único que podía escuchar. Trataba de cerrar los ojos cada vez que lo venia venir, su miembro fue lo suficiente largo como para satisfacerme, trataba de cerrar mi boca apretando un poco mis labios para que no escuchara gemidos de parte míos, aquello me avergonzaba un poco, así que solo trataba de evitar todo lo que fuera vergonzoso para mi.

Supe enseguida que a él no pareció importarle muchas cosas en lo absoluto, ni siquiera le apeno él que se miembro ya estuviera completamente erecto cuando me deshice de aquellos boxers ajustados. Yo trataba de ocultar mi risa muchas veces, pero me encantaba esa otra parte de él. No le importaba lo que pensaran los demás, a eso se debía el éxito de la banda. Siempre había sido original tanto en su estilo como en su peinado, el mismo lo decía “es aburrido cuando alguien sigue viéndose igual todos los días y no cambia uno en lo absoluto”

Me gustaba acariciarle el cabello en las pausas de descanso cuando nuestro cuerpo no lo pedía, dábamos suspiros largos tratando de recuperar el aliento. Abríamos la boca un poco para hacer menos breve las respiraciones. Al igual que el sudor de nuestras frentes que parecían incomodarnos, o al menos eso creía, cuando menos lo supuse, yo me encontraba bañada en sudor al igual que todo mi cuerpo.

Solo bastaban minutos para volver a tener un coito, nuestro cuerpo también no lo pedía para saciarse por completo, era hambre y sed de días sin haber bebido y sin haber alimentándose sorbos y comidas de solo “amor puro”. Trataba de abrir mis piernas lo más que podía para tener una mejor erección, también nos facilitaba el que el miembro de Bill estuviera completamente a su limite.

Las caricias con las manos eran nuestro fuerte, me gustaba sentir todo su cuerpo inclusive su abdomen, era una de las partes de su cuerpo que no me cansaba de mirar. Me volvía loca el simple hecho de verlo, tanto que lo acariciaba una y otra vez como si se tratase de una colcha extremadamente delicada. Se necesitaban muchos cuidados para mantenerla fuerte, suave y hermoso.

-Buenas noches -le dije mientras intentaba cerrar mis ojos-. Intentaba tener la mirada hacia él sin detenerme, pero el sueño era lo bastante fuerte como para vencerme de lo que tanto anhelaba durante días.

-te amo –dijo entre suspiros, como si estuviese conteniendo el aliento o como si quisiera decirme muchas cosas a la vez pero esa era la única palabra que resumía todo lo que sentía por mi- que descanses.

Al principio me costaba trabajo creer que habíamos vuelto a tener relaciones, por dentro de mi siempre había creído que eso era cosa del pasado y que volviendo a la normalidad jamás pasaría algo como esto.
Intente disimular que ya me encontraba dormida, inclusive pude notar como había conciliado el sueño con tanta facilidad. Mis manos estaban juntas recuestas sobre mi cabeza con mi cuerpo dándole la espalda. La vuelta me daba vueltas en todo momento pensando en todo mis problemas.

Mas de una vez intente cerrar mis ojos, solo así podía creer que todo esto no había sido un sueño, así que al igual que él, intente entrar en uno de mis sueños profundos.
A la mañana siguiente mis ojos se abrieron por la luz centellante entrar por mi ventana, me talle un poco mis ojos mientras intentaba sentarme en la orilla de la cama. Volteo hacia él para saber que aun seguía durmiendo y así lo estaba. Aproveche para tomar la sabana que envolvió mi cuerpo desnudo durante la noche y la enrede en todo mi cuerpo.

De día se podían ver todas mis cicatrices desde pequeña, y mis defectos en algunas partes de mi cuerpo y sin mencionar el vergonzoso recuerdo cuando me miro completamente desnuda, aun así, aunque me viera veinte mil veces, seguiría avergonzada.
Intente caminar con la sabana enredada a mi cuerpo hacia al baño, el frío estaba completamente frío, por lo que no tuve opción a correr a un tapete que se encontraba cerca dentro del baño.

Cuando mis pies ya se encontraban ahí sentí una gran alivio por dentro, mire hacia la ducha imaginándome esas gotas calientes recorrer todo mi cuerpo, en verdad lo deseaba después de una noche agotadora. Me acerque lentamente hacia una de las llaves hasta abrirla hasta al máximo. Habían bastado pocos minutos cuando comenzó a salir vapor. Pude darme cuenta por el espejo que se empeñaba mientras me miraba y recordaba al mismo tiempo lo de anoche.

Di una gran respiro pero antes de poner un pie sobre la ducha sentí su mano tibia pasar por mi hombro. Tenia la mirada mas seria y algo risueño, a diferencia de él, el si estaba completamente desnudo. Era lógico, yo se la había quitado, así que su mano comenzó a resbalar lentamente hacia abajo haciendo caer la sabana que me tenia envuelta.

Mi corazón comenzó a acelerarse hasta su punto máximo. De repente ya se encontraban nuestros cuerpos desnudos frente a frente otra vez. Su mirada fue mas seria de lo inesperado, así que lo lleva lentamente hacia la ducha. Agradecí mil veces cuando la primera gota callo en una parte de mi cuerpo. Me beso como otras veces, nada de diferente tenia.
El susurro en unos de mis oídos fue lo que hizo saltar una pequeña risa de mí, pero se desvaneció al escuchar aquellos golpes en la puerta que sonaban algo desesperados.

Lo mire asustada peor me tranquilazo su mirada, aquella mirada seria y tranquila. Tome la primera bata que se encontraba hasta sujetarla bien. Voltee hacia él quien se encontraba en la ducha con un dedo entre mis labios para que no dijera ni una sola palabra. Mis pies aun seguían mojados y el piso frío, pero el agua caliente hizo que pudiera sostenerme durante algunos minutos solo para abrir la puerta.

Camino a la puerta comencé a tomar mi cabello alborotándolo un poco para no derramar tanta agua hacia el piso. Al momento de abrir la puerta, mi corazón quedo paralizado durante varios segundos. Era Mike quien parecía estar feliz al verme y más por la manera en la que me encontraba.
Venia vestido casual, como si esto ya lo hubiera planeado durante algunas horas.
Estaba tan emocionado que no podía decir una sola palabra, sus ojos me exclamaban una felicidad de cierto afecto.